Romeo y Julieta,
ojalá todo hubiera sido tan rápido y morir en el intento,
provocando esa huida que será tu salvacion.
Pero,
te quedas ahí, en el crepúsculo, esperado el amanecer, para esta vez respirar por ti y seguir cosiendo las heridas que poco a poco se van curando.
Esperar y esperar y volver a intentarlo, hasta que se rompan el ciclo.