Ray
Llamada entre Alex y Ray.
— Vuelve a Santo Domingo. —
— ¿Encontraste algo?. — Puedo escuchar el motor de su auto, debe estar conduciendo.
—No. Regresa a Santo Domingo y asegúrate de no moverte. ¿El teléfono de la loca sigue bloqueado? —
— Nadie fuera del circuito puede llamarla, Jeff se encargó personalmente antes de irse. ¿Qué estás pensando Ray? —
— Lo que quiera usar para negociar tendrá que pedírmelo a mi. Avísame cuando estés en casa. —
— Estaré de vuelta en unas horas. —
—Alex — me molesta tener que pronunciar estas palabras, pero la intuición nunca me ha fallado. — Prepárate para moverte rápido, que revisen el edificio y cada entrada, los Zanganos se harán cargo de las alarmas contra incendios, pero tu te harás cargo de cuidar lo único que realmente importa en ese edificio, yo estoy lejos, Jeff está lejos; Antonio no esta y Jannett está lidiando con las triadas en NY, si estuviera en su lugar y asumiendo que nos está vigilando, este es el momento perfecto para jodernos desde lo profundo.—
— Rodando. —
Desconecta la llamada y vuelvo a observar los monitores, Ruth no se mueve, después de reventar cada lámpara que había en la habitación se escondió debajo de los edredones. Algo no encaja, me muevo a las cámaras de mi departamento; lo único a la vista son los zánganos, la puerta de la loca está cerrada, al igual que las demás, tecleo la clave para las cámaras de las habitaciones y enciendo las luces; una, la habitación de Annett está en completo silencio pero puedo ver el bulto en la cama, dos; Sara está sentada en su escritorio frente a la computadora, tres, la habitación de Jeff tiene las luces apagadas pero puedo ver el teléfono de la loca sobre la cama y la puerta del baño cerrada.
Diana está sentada en uno de los sofás de su habitación con uno de sus crucigramas en las manos, si fuera posible creería que puede verme, levanta la copa de agua brindando en la dirección exacta; no debería saber donde estan las camaras. Toca su oído dos veces y marco su número desde el nuevo teléfono.
— No me gusta que me vigilen. —
— Me aseguro de que estés bien. —
— Avisame la proxima vez, puedo sentir cuando me observan pero no quiero sentirlo mientras me cambio de ropa, mi niño.—
Es la primera sonrisa que se me escapa en días, pero el tono de su voz y el dedo que levanta directo a la cámara hacen imposible evitarla. — Debería estar dormida Señora.—
— ¿Qué tan preocupado estás? Solo me tratas de usted cuando estás avergonzado y vergüenza solo sientes cuando te sientes atado... Habla.—
—Algo no cuadra, conoces las tradiciones, ya debería haberse comunicado, ya debería tener al menos una pieza de Manuel, nadie es más tradicional que David, Diana.—
— Eso lo sabemos, Antonio piensa lo mismo, ¿Qué es lo que realmente te preocupa, Ray?—
— Si no ha enviado nada es posible que el niño ya esté muerto pero no ha dicho nada, si quiere usar a Ruth para torturarme ya me habría enviado la cabeza de Manuel, no puede cambiarlo por ella porque yo mismo mataría cada miembro de su familia antes de entregarla y no es una emboscada para mi porque he anunciado tanto como me es posible mi locación, desbloquee mis líneas, encendí mi GPS y traje conmigo a los Zánganos de menor millaje.—
— ¿Jeff? — Pregunta.
— Lo mismo, ha estado moviéndose sin cubrirse... Tengo claro que la mierda de las triadas es asunto suyo, sabía que Medusa no resistiría la tentación de matar al viejo ese, sabía que yo lo permitiría y que eso traería problemas con las triadas... Pero no entiendo cómo entró al bar, como se metió al baño sin que lo viéramos... —
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Eros -Borrador
RomanceNo existen salidas si todas las puertas llevan al mismo lugar; Raymond Vargas sabe esto mejor que cualquiera, estar exiliado parecía la oportunidad perfecta para cambiar su vida. -Solo las partes que no le gustan- Pero desaparecer y dejar todo atrás...