Capítulo 24. Amigo

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Lunes 15 de enero de 2019, New York, USA.

Me encontraba en una celda individual a la espera de que nos sentenciarán por el supuesto complot con Alma, debíamos detallar todos lo pasado en la mansión, el FBI y el EU INTCEN estaban sorprendidos por mi parentesco con ella, además de que nadie se esperaba que fuera una mujer la sucesora de Andrea, el muy hijo de puta se lo tenía bien callado.

No podía parar de sentirme sucio y engañado, además de traicionado cuando la recordaba, me dedicaba a llorar en silencio, no podía aguantar este sentimiento tan profundo de tristeza, había quedado con ella en que nos iríamos a vivir fuera de la ciudad, que estaríamos juntos para siempre y ella aceptó.

-Taylor Davis.- Dijo el guardia captando mi atención.- Es hora de declarar.-

Me levanté sintiendo como mis pies pesaban, me acerqué y espere pacientemente a que me pusieran las esposas, una vez ya estaba listo, abrieron la celda para guiarme hasta la sala dónde me encontraría con los organizadores de los servicios de inteligencia. Todos me observaban con unos ojos que no esperaba que se dirigieran nunca hacía mi, había cambiado tanto mi vida en menos de un mes.

La peor sensación de todas es ver cómo te observan los policias, te prejuzgan, comentan sobre tu situación, opinan sin tener ni idea de que soy una víctima de un engaño, pero, creo que eso es lo más vergonzoso. He caído en la trampa de una familia sociopata que disfruta con el dolor y sufrimiento ajeno.

-Señor Davis, díganos, ¿Dé que conoce a Aurora Vannicelli?- Ahí empezó mi pesadilla.

Después de estar compareciendo durante más de ocho horas explicando todo con lujo de detalles e incriminado de traición, complot, alteración de pruebas y de otras más, pero no solo a mí, también a mi padre y mi madre no porque se encontraba en coma inducido, sino también tendría que haber pasado por este trámite judicial, mientras que a Alessandro, Emma, Tom, Benjamin y Liam simplemente testificaron y a las horas quedaron libres.

Por lo poco que pude hablar con mi padre al regresar, a él le había hecho una visita Andrea en persona, acorralando a Benjamin, Liam y a él, así que, ellos se enteraron momentos previos de nuestro destino, pero mi padre regresó con una cara que no lograba descifrar, no era el mismo. ¿Qué le habría dicho?

Era exasperante el pasar el tiempo enjaulado como si de un animal se tratara, simplemente quería volver a mi vida rutinaria de un hombre norteamericano de treinta años con una preciosa novia, una casa increible y una familia cómoda. Pero aquí me encontraba, como un criminal.

Viernes 19 de enero de 2019, New York, USA.

Cuatro miserables dias después salí de la comisaría puesto en libertad bajo fianza junto con mi padre, en cuánto lo ví lo abracé, odiaba lo que le había hecho a mi madre, pero ahora debíamos apoyarnos mutuamente.

Nos habían suspendido de empleo y sueldo por los próximos seis meses, habían registrado nuestros domicilios en busca de pruebas de algún tipo, por lo que no encontraron nada, pero se llevaron todo lo de Alma, además de habernos sacado de nuestros puestos y reasignado otro caso más sencillo.

Nada más poner mi vista en la calle me encontré con Alessandro y Tom, los cuáles me esperaban con una sonrisa de oreja a oreja. Todos los de la oficina se habían dividido en tres grupos, los que nos apoyan y creen, los que les daba igual el tema y por último, los que no se fiaban de nuestro testimonio. ¿Quién no nos iba a creer si tenemos la prueba del ataque hacía mi madre?

Me acerqué a ellos dos y Tom me abrazó dando unos leves golpes en mi espalda indicando su apoyo, al separarme me dirigí hacía Alessandro quién estaba serio, pero no me extrañaba, él siempre era así. Al acercarme, por primera vez fué él quién dió el primer paso para acercarnos y permitirme que lo abrazara. Ese abrazo me tranquilizó, me sentí bien después de varios días, me acariciaba la espalda mientras yo solo podía esconder mi cabeza entre su hombro y cuello, olía a tabaco, había estado fumando, pero no me molestaba, solo necesitaba a alguien en quien desahogarme y sin darme cuenta unas lágrimas empezaron a brotar por mis ojos debido a toda la situación, Alessandro al darse cuenta apretó el abrazo y me permitió desahogarme con él.

¿Seré capaz de amarte después?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora