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El mayor miedo de Checo era que Max cancelara su boda debido a lo que había sucedido apenas hace dos días, sin embargo no fue así, incluso se la pasaba pegado a él. Suponía que era por lo que le había mencionado antes.

— ¿Entonces solo hay moretones?—. Dudo Charles mientras daba de vueltas en la silla que tenía el médico en la sala. Aunque Max estaba bien le habían pedido que fuera para examinarlo y descartar algún golpe o fractura peligrosa.

— Así es ¿señor Verstappen está completamente seguro de que quiere casarse de manera apresurada?. — Charles se quedó quieto y observo a su amigo rascar su nuca. — Aunque los estudios descartaron algún signo de enfermedad puede que exponerse a muchas emociones como las que hay en una boda puedan...

— Estoy seguro. — Interrumpió. — Completamente seguro que puedo manejarlo.

El médico asintió y extendió un nuevo frasco de medicina, pues ahora que estaba dispuesto a casarse debía medicarse un poco para evitar algún desmayo o algo similar. Leclerc se despidió amablemente de la recepcionista para salir al lado del holandés, habían dicho que después de esa cita médica ambos irían a buscar el traje con el que Max se casaría.

— Es horrible.

Charles soltó carcajadas al ver a su amigo con un traje rosa, odiaba ese color y prácticamente se lo estaba probando por obligación.

— ¿Femenino Verstappen?.— el monegasco sintió como el cojín que estaba en la orilla del sillón se estampaba contra su rostro.

Max hizo al rededor de 6 cambios de traje para decidir que esa tienda no era la correcta y no tenía lo que él quería, sí, después de casi dos horas quiso salir. Se sentía muy nervioso pero ignoraba los medicamentos que llevaba en su mochila, era Max Verstappen, corría cada fin de semana un monoplaza de fórmula uno y decía que no soportaría los cambios de humor en una boda, su propia boda.

Sergio por su parte se encontraba hablando con sus hermanos mientras analizaban con cuidado cada parte del salón, habían visitado dos más en caso de que el que tenían reservado cancelara. Si, Checo era muy ansioso. Se había negado rotundamente a escoger un salón con un enorme jardín solo porque tenía piscina y no quería que hubiese accidentes el día más feliz de su vida.

Los preparativos continuaron todo el día hasta que la puesta del sol se veía, Checo ya había llegado a su casa y estaba sentado en el balcón, se sentía tan cansado que incluso ya llevaba puesta la pijama y había dejado la de Max sobre la cama, sabía que tardaría más porque antes de despedirse le habia dicho "Tengo que encontrar el traje hoy, si o sí" y sabía que cuando se proponía algo no se sentía bien si no lo cumplía. El mexicano se quedó unos minutos mirando como el sol se metía, no creía que su güerito hubiera despertado y le daba mucho miedo perderlo, más del que solía demostrar. Max en poco tiempo se había vuelto su razón de sentirse motivado a ganar carreras, amaba escucharlo bromear cada que corría junto a él y se sentía completamente tranquilo cuando al finalizar la carrera se encontraban en un ambiente cálido de besos y abrazos, aunque no siempre eran besos dulces, el rubio también tenía su lado hormonal y más de dos veces casi los atrapan en posiciones indebidas dentro del paddock. Amaba con todo su corazón a ese niño malcriado, no le importaba las peleas de antes, no le importaba que algunos de sus fans lo odiaran por lo que pasó en Brazil, él solo quería estar bien con el holandés, quería disfrutar cada momento a su lado y aunque Max tenía un futuro prometedor en fórmula uno Checo sentía que no, ya no estaba rindiendo lo mismo y eso lo asustaba, sin embargo estaba seguro de que si lo reemplazaban sería el momento de retirarse y dedicarse cien porciento a su negocio de Tequila, al menos a la distancia, pues seguiría apoyando a su Maxie.

Salió de sus pensamientos al escuchar un movimiento torpe, giro si cabeza con cuidado y sintió como le aventaban un cojín. Había sido Leclerc.

— No puedes ver el traje de Max antes de tiempo.— Gritó un poco molesto.

— Bien. — soltó una pequeña risita. — ¿Pero donde dejaste a mi Max? No lo escucho por ningún...

De repente sintió un abrazo, ni siquiera tenía que preguntar quien era, ese era su Max. Con cuidado se dió la vuelta para cumplir lo que Charles le había dicho y abrazo a Max. Se quedaron así unos cuantos segundos antes de que Checo tomara el rostro del holandés entre sus manos y comenzara a besarlo lentamente.

— ¡No sean asquerosos!. — Entro Sainz junto a la mitad de la parrilla. ¿En qué momento habían llegado todos a su casa?

— ¿Que hacen aquí?.— pregunto el mexicano sintiendo sus mejillas calientes.

— Veníamos a pasar el rato con los nuevos esposos pero creo que es un momento íntimo de ustedees. — Habló Lewis tapándole los ojos a Piastri. — Disfruten la noche.

Ambos pilotos se sonrojaron al entender el tono en que lo decía y se escuchó como la puerta se cerraba. Sergio suspiro cansado.

— Parece que tenemos hijos que en todo momento interrumpen. — Max lo tomo de la mano y lo guío hasta la cama.

— Más Oscar, es como un bebé. — soltó siguiendo el tono de broma.

— ¿Cómo te fue Maxie?

— Encontré el mejor traje, estoy seguro que te encantará.

Checo se sentó en la cama apoyando su espalda en la pared, cerro sus ojos un instante y cuando los abrió Max estaba arriba de él, sentado en sus piernas y besando sus labios, esos besos iban con otras intenciones pero no le dijo nada y le siguió el juego. Los besos continuaron hasta que Sergio se quedó sin aire y se separó levemente, ambos se miraron a los ojos y sonrieron, con cuidado se acostaron juntos y se quedaron así una hora más, Max parecía extrañar tanto a Sergio, pues cada que estaba con el y lo abrazaba se aferraba con demasiada fuerza a él.

[...]

— Max Emilian Verstappen ¿Aceptas a Sergio Michel Pérez Mendoza como tú esposo?.

— Acepto.

— Si hay alguien que se oponga a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre.

Se quedó en total silencio todo y los presentes se miraban entre sí.

— Entonces si nadie se opone los declaro esposos.

Ambos se unieron en un beso cálido y dulce mientras sostenían sus manos. Los padres de Checo se miraban orgullosos.

La fiesta continuo en el salón cuando la mayoría de los pilotos estaban completamente perdidos en los efectos del alcohol. Lewis bailaba con Paola y la señora Marilu se encontraba cuidado a los más jóvenes intentado que no tomarán o hicieran el ridículo. Sergio y Max por su parte se encontraban bebiendo y disfrutando junto a Carlos, Alex, Pierre, Esteban y Rusell. Max estaba absolutamente contento, el día que tanto esperaba había llegado. Y después de haber vivido esa pesadilla se sentía aliviado de todo.

Cuando la fiesta terminó los únicos que quedaban ahí eran los chicos Ferrari, como siempre pegados a los red Bull. En un descuido de Sergio y Max los dejaron solos y tomados. Cuando regresaron a buscarlos ambos estaban besandose torpemente en una esquina del salón. Max se acercó a Checo y tomo su mano suavemente.

— Déjalos. Se quedarán a dormir aquí, allí están sus colchones. Mejor vámonos a dormir tú y yo...

Sin pensarlo dos veces ambos pilotos se fueron sigilosamente para disfrutar la noche, su primera noche como esposos.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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