Other (ALIENSTAGE/Ivantill)

Oh, my clematis, always be by me side.

Ah...

No existía una melodía a la cual entonar, pero escucho una voz grave, suave como el terciopelo. Y luego...¿su voz? oh, pero sonaba monótona, como si...no fueran sus canciones.

Ah, ahora reconoce la letra. La canción de Mizi y Sua...

¿Ivan también estaba cantándola?

Trato de abrir sus ojos lo más fuerte que pudo, pero estos estaban cerrados casi con pegamento.

Algo, alguna fuerza, algo externo a su cuerpo, los mantenía cerrados.

Ivan...Ivan. Recordó sus cálidas manos sobre su cuello, sobre su rostro...sus labios...su colmillo. La sangre que adornó en un segundo su atuendo blanco como las nubes del jardín.

La desesperación de Till se incrementó. ¿Qué mierda le hacía mantener los ojos cerrados? ¡Ivan estaba ahí! ¿Y si todo lo que recuerda fue un sueño?

¿Y si realmente siguió a Ivan en la lluvia de los meteoritos?

Podía sentir el aroma de Ivan incluso en la oscuridad, mierda...!

¡Lo sentía a su lado! ¡Puede sentir su cuerpo!

¡Ivan!

"Ggk...!"

¡IVAN!

"¿Crees en Dios?"

"No, cállate."

¿¡Por qué mierda hablaba!? ¡No quería decir eso!

"Hace mucho tiempo atrás, la humanidad creía en un Dios y tenía una religión."

Su garganta hizo un suspiro cansado. Soñó todos los días con ver y sentir a Ivan de nuevo a su lado, como su sombra, y ahora que el bastardo de mierda murió, ¡¿No podía hacer nada mejor que suspirar enfadado?!

"Ellos creían que las cosas que no se podían resolver por la fuerza humana era la voluntad de Dios. Creían que todo el universo giraba en torno a la Tierra. Creían que ese lugar que conectaba con el cielo, ese lugar que no se atrevían a alcanzar, era el lugar de Dios."

"Que estúpido." ¡Mierda, Till, deja de decir tonterías!

Ivan seguía hablando, su voz suave, calmada...y dirigida únicamente a Till.

"Desde el momento que la Humanidad dejó el universo, olvidamos a Dios. Pero si la creencia dice que Dios es humano, como nosotros..."

La voz de Ivan se rompió. Casi como si le doliera seguir hablando.

"Si todo lo que puedo hacer como un humano es creer..."

La garganta de Ivan hizo un ruido extraño. Como si se ahogara.

"Mi...dios..."

Till recordaba que se trataba de alejar de Ivan la primera vez que escucho esto...pero ahora su garganta no emitía ruido alguno. Sus manos temblaban, sus párpados moviéndose frenéticamente para abrirse, pero sin éxito.

"Mi universo..."

Sintió una vez más los cálidos labios de Ivan sobre los suyos, pero la presión en su garganta no apareció.

Justo cuando pudo concentrarse lo suficiente para poder moverse y poner su mano en el pecho del pelinegro, sus párpados, aún cerrados, se inundaron con una luz blanca, y el aroma distintivo de Ivan (madera...brisa de lluvia por la noche...) desapareció.

La desesperación volvió a las venas de Till, ¡Lo tenía ahí, por la mierda! ¿¡Por qué carajos nos podía abrir sus putos ojos?!

"Ggk...ah...mhg!" Con esfuerzo casi sobrehumano, Till abrió sus ojos. Estaba lejos, en un espacio de paredes y suelo blanco, con una luz brillante recorriendo el lugar.

"Que...?"

Sus piernas comenzaron a responder también, parece. Caminando por el lugar, Till no encontró nada más que blanco, blanco

Blanco.

Blanco como el traje de Ivan.

Y, volteando la cabeza, pudo ver una pequeña ventana...a un mundo que el no conocía.

Habían calles, edificios...pero no parecían alien...todo se veía limpio, y habían muchos humanos caminando. Aliens, no.

¿Extraño? Quizás. ¿Por qué no hay mascotas?

Y de la nada, sintió una mano.

Asustado de que fuera Urak, se volteó, puño listo para conocer su muerte...

Ah.

Esos ojos.

Negro con rojo.

Dirigidos a él...solo a él.

"Till, ¿Qué haces? ¿Por qué estás aquí solo?"

Su voz era suave en los contornos, su mirada también. Su vestimenta no era blanca...solo tenía una sudadera verde. Y...¿Un bolso?

"¿Till?"

No era su Ivan. No. Su mirada era más suave...sus manos menos blancas. Parecía de buen peso, también. Además, tenía ciertas marcas en la cara...seguramente de acné. ¿Ivan podía tener acné?

Y cuando iba a tocar la mano tendida de ese Ivan, está la traspaso. Y de su cuerpo salió otro Till, más joven...más vivo.

Solo quería abrazarlo...no sentir el frío constante que dejó su sombra. Pero ese Till...solo empujó a Ivan, insultándolo y levantándole el dedo de en medio.

Ah, Till recordaba. Eran así en el Jardín, pero nunca lo hizo con maldad...solo...no entendía a Ivan, no podía mirarlo sin sentir incertidumbre. Quiera o no, se acostumbro a la calidez de ese hombre que le seguía por todos lados.

Pero este Till...

"Hijo de puta desagradecido." Till, el de la habitación blanca, murmuró entre dientes, sus puños cerrándose tan fuerte que corría riesgo de romper su propia piel.

Los días pasaron y la habitación dejo de ser, ahora Till caminaba entre humanos que no eran mascotas y aliens inexistentes.

Pero su rabia no disminuyó. Bajo ningún momento.

Solo podía ver los golpes, empujones e insultos de ese Till a ese Ivan.

"Hijo de puta."

Till murmuró detrás de ese Till, quien, sorpresivamente, paró la afinación de su guitarra, su manzana de adán subiendo y bajando.

Su piel se puso pálida. Casi igual que la del otro Till.

"Eres su dios. Su universo. Tú, hijo de puta. No lo mereces."

Cada palabra era escupida con veneno, con rabia. Con furia de la oportunidad perdida.

"Ni si quiera lo miras. Es una rata para ti, imbécil egoísta."

"No lo mereces." Repitió.

El otro Till se volteó con estremecimientos por su cuerpo, sus ojos abiertos de par en par.

"¿Si quiera te das cuenta que Mizi no te ama? Eres un caso perdido, un estúpido que no sabe mirar."

"Yo lo amaré en su lugar. Yo le daré lo que merece."

Till se acercó, su mirada fría, sus puños apretados y sangrando. El otro Till ni siquiera se movió.

"Ahora yo lo miraré. No lo dejaré de nuevo. No me abandonará."

La mañana siguiente, el agarre del brazo que tenía Till era tan fuerte que Ivan juraría que habría moretón.