Día D

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-Taylor, gracias por iluminarme tanto, eres lo más preciado que tengo en mi vida – le salieron lágrimas a Karla.

- Karlita, esto no se hubiera podido lograr sin ti, de verdad. Yo también te agradezco por todo – le doy un abrazo.

- Pero ya sabes que de nada sirve un abrazo tuyo, yo quiero todo tu ser – dijo cogiéndome del brazo y mirándome a los ojos.

- Te quiero mucho Karla.

- Te amo – me volvió a abrazar.

- Me tengo que ir... a cumplir mi propósito.

Cuando ya estaba saliendo del edificio volví a escuchar a Karla:

-Te amoo!!

No voltee atrás, fruncí en entrecejo y subí al bus donde estaban los demás rebeldes. Ahí dentro tenían escondidas las armas con que lucharíamos. Todo lo teníamos planeado.

Los transportes de todos los pueblos zarparon en horas diferentes para sembrar sospechas.

Ahí me encontraba sentado junto a Julio, que acabo de conocer. Me puse a conversar con él, pero a los pocos minutos me aburrió. Me puse a escuchar rock cristiano y me quedé dormido.

Abro los ojos, estaba amaneciendo. Miro el paisaje desértico por la ventana, y noto que hay movimiento en las llanuras, son langostas intraterrestres emergiendo de la tierra. Comienzo a escuchar las voces de asombro de otros pasajeros.

-¡¡¡Lucho, acelere, esto me está dando miedo!! – dijo un señor hablador.

- Julio!! Mira esto Julio – le decía mientras le movía el brazo para despertarlo.

- ¿Qué? ¿qué pasa Tay...? - se quedo asombrado al ver por la ventana.

Las langostas que emergían comenzaron a rodar en dirección a nosotros.

-¡¡Nos atacan!!gritaban todos entre muchos hombres y pocas mujeres.

Sus embestidas hacían tambalear al bus.

-¡¡Saquen las armas!! ¡¡Sáquenlas!! – gritaron varios.

Sacaron sus armas y comenzaron a disparar.

-Taylor, toma tu arma – me dijo un señor y me dio la ametralladora terakiana: Causeven.

La mayoría tenemos la Causeven, que es liviana y de poco retroceso y algunos tienen la Escorpión, que es una escopeta que puede agujerear casi cualquier cosa. Con ayuda de estas armas nos estamos defendiendo de las langostas desérticas que son mas oscuras que las del campo, las cuales son amarronadas.

Mas allá de los cerros, salimos de la zona de peligro. Por los pequeños asentamientos nos dimos cuenta que había presencia militar así que cerré la cortina para que no me vean, los demás lo hicieron.

Llegamos a Metro 23, se llama asi por la enumeración que recibe cada ciudad principal de los países de Side Occident como de Side Eur.

En plena protesta de los manifestantes contra el gobierno nuevaerista, llegamos con nuestra vestimenta de rebeldes encubiertos. Ibamos abriendo camino entre la multitud, cuando estuvimos cara a cara contra los policías, sacamos nuestras armas y disparamos como si no hubiera un mañana. Su primera fila cayó y echaron a correr.

-Avancen!!!

Todos gritaron y corrieron persiguiendo a los peones de la nueva era mientras yo recargaba mi cartucho. De las casas salían mas gente gritando enfurecida y se unían a nuestra alianza.

No tardó en aparecer las tanquetas de dispersión, pero en lugar de tirar agua, eran balas las que caían a quema ropa en los rebeldes. Muchos cayeron heridos y la gente se dispersó. Unos valientes fueron los que dispararon con su escorpión a las llantas y quemaron el vehículo con molotov. Fueron con estas mismas bombas las que usaron para ahuyentar a los soldados que ocupaban las barreras que están alrededor de la plaza principal de Metro 23.

STANDARD VERSION GÓTICWhere stories live. Discover now