Narradora omnisciente
Una niña pequeña de unos 6 años aproximadamente, vagaba por las calles desiertas de lo que antes era una preciosa ciudad. El calor la sofocaba y la obligaba a tener que refugiarse bajo los escombros de los edificios que habían caído.
El sollozo de la niña era doloroso de presenciar, no porque fuera irritante, si no porque el ver a una niña pequeña completamente sola, se te apretaba el corazón. La pequeña se refugiaba bajo los escombros de lo que antes era un edifico de varios metros de altura, antes considerado uno de los edificios más altos de la ciudad.
Abrazaba sus piernas, pegando sus rodillas al pecho. Su carita empapada en lágrimas, sus ojitos verdes, ahora rojos, ardían por el calor sofocante. Su piel antes blanca, ahora estaba quemada, se veía roja y tenía un par de ampollas en sus dedos por tocar el suelo caliente o alguna que otra cosa que estaba en contacto directo al sol.
El cielo se veía en un tono naranja, casi rojo. Se veía aterrador, y para una niña que apenas hace dos días había perdido a sus padres le era inevitable no entrar en desesperación. Quería a su mamá, pero nadie podía dársela. Quería sentirse segura en los brazos de su padre, pero ¿quien le podía explicar que eso jamás sucederá?.
El llanto de la menor alertó algo que estaba "dormido". Era una persona, pero no se comportaba como una. Se veía extraño, tenia los ojos oscuros, como si no recibiera luz en sus pupilas. Tenía venas negras y violetas en todo su cuerpo y se movía de forma peligrosamente rápido.
La niña palideció al ver a esa cosa y se tapó la boca, para ahogar un grito. Esa cosa pasó corriendo frente a ella, pero pareció no darse cuenta de su presencia. La niña asomó la cabeza entre los escombros para ver en qué dirección se iba esa cosa y su mirada conectó con un hombre alto de cabello oscuro y un saco negro largo.
Sus padres la criaron con mucho amor y cariño, y algo que siempre le decía su madre era "jamás confíes en un extraño, no todos son amables". Ese hombre no se veía amable, su sonrisa mientras miraba a esa cosa en el suelo era de satisfacción, pero a pesar de su corta edad, la menor comprendió que ese "ser humano" no estaba en sus cinco sentidos, y supuso que intentó atacar a ese señor y él se defendió.
Sin querer, la pequeña pateo una lata de comida vieja, llamado la atención del hombre, quien levantó su arma y apuntó donde estaba la niña. Esta, asustada por ello, se arrastró hacia atrás y se tapó la boca nuevamente para ahogar un grito.
—¿quien está ahí? —preguntó el hombre dando pasos lentos y pesados —sal ahora —ordenó con voz ronca —no te haré daño —insistió.
El estómago de la niña hizo ruido, recordándole que no había encontrado comida en todo el día. Se llevó las manos a su panza como si de alguna manera pudiera callar ese rugido estomacal que ya empezaba a doler. Hizo una mueca y una lágrima se deslizó por su mejilla.
Los pasos del hombre se detuvieron y en un movimiento rápido, se paró frente al escondite de la pequeña y le apuntó con el arma.
—¡no, por favor! —chilló la niña asustada. La mano del hombre bajó y guardó la pistola
—esta bien, no te haré daño —él hombre se puso de cuclillas y observó el estado de la menor. Su ropa sucia y con algunos hoyos. Su cabello alborotado y su cara llena de tierra —¿hace cuanto estás aquí? —
—mi mami no me deja hablar con extraños —balbuceó nerviosa
—entiendo.. —él hombre estiró su mano para agitarla con la de la menor —soy Janson —se presentó el mayor. La niña dudo unos minutos en si confiar en él o hacerle caso a su madre, pero pensando en las circunstancias, el dolor de estómago iba a seguir creciendo hasta volverse insoportable y luego moriría... ¿y que niña quiere morir?
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I'm going to find them [GallyxTnxMinho] correr o morir
FanfictionNo en todas las historias existen los finales felices, pero ¿qué pasa si en esta se alteran las cosas?...