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꒰ . they don’t know about us 𓂃
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VESPUCCI POLICE STATION ─────────
EL PESADO CASCO BLINDADO GOLPEÓ desinteresadamente en el escritorio demasiado lleno para una mesa de madera, a su lado de pie estaba un agente de campo de la división SWAT, quitando las pesadas partes de su uniforme reglamentario, un suspiro de alivio se escucho al igual que el ruido del velcro del chaleco antibalas. Pero, el casco nunca cayó en un escritorio plano y duro, al soltarlo rebotó sobre una superficie acumulada una sobre otra, hasta caer al suelo de la oficina privada, ubicada a solo unas puertas de la gran oficina del comisario y la del sub comisario, puesto por el que estaba dando la vida solo para ser tomada en cuenta, así subir al mando. Junto al casco en el suelo, tenía esparcido varios informes, carpetas y demás, también un lapicero elegante, lleno de coloridos plumones y delicadas portaminas; minas rotas y papeles revoloteando, aquello llevaba atormentando la semanas con lo perfeccionista y maníaca de la limpieza que era, era una tortura.
El motivo de su sobre carga de trabajo era nada más, ni nada menos que una semana de descanso del capitán Gligard, todos en comisaría sabían el motivo de su desaparición momentánea aún conociendo su ferviente pasión por ejercer su labor, el capitán y también diligente de la unidad de asalto táctico junto a su compañera la capitana Alexander, se encontraba recluido en su propio hogar en lo alto de un costoso edificio con Abigail Lee, hija del propio Robert Gligard y una ex novia, Katie Lee con un expediente bastante curioso; lleno de cargos sobre infracciones en la vía vehicular hasta asalto y una pequeña camello, usando los peluches felpudos su hija como bolso para vender su mercancía, perdió la custodia de la pequeñaja al momento que el capitán junto a su grupo de abogados desvelaron un horrible secreto el cual le dio la patria potestad inmediata al padre, se descubrió y comprobó con exámenes médicos que la madre de la propia niña, le daba anís por el simple hecho que le molestaba cuando lloraba.
En comisaría era difícil mantener algún secreto guardado para uno, por mucho tiempo, era casi imposible con los chismosos pero solidarios oficiales que tenían, el primero en escapar con el chisme fue el propio comisario, quién lo comentó con su esposa, quien lo mencionó con sus amigas, las agentes Miracle y Reyes, quienes lo hablaron con Jeffrey y Corripio, sargento de la comisaría del norte en menos de unos cuantos días, tanto la comisaría de Vespucci como la oficina del sheriff en Sandy Shores, todos los oficiales desde el oeste de Los Santos hasta el norte de la ciudad estaban al tanto de las nuevas noticias con el caso Abigail, sin embargo, ella tuvo que enterarse, solo cuando el sub comisario Banks, se paso por su oficina para comentarle de la baja momentánea del capitán y sobre su sobre carga de trabajo, lo acepto con cierta resignación que llegó a disimular por momentos, pero la herida quedó con ella, al saber que su propia malla, que se mostraba solidaria con Robert mientras que con ella, simplemente la habían omitido en todo aquel bullicio y sabía muy bien, el porque, su carácter.
