Su boca se presiona contra mi sexo. Sus manos me acarician las piernas mientras se entretiene con la piel cerca de mi clítoris.
Tiene mis piernas sobre sus hombros. Una de sus manos sube por el interior del muslo. Sus dedos rozan mi entrada y succiona mi clítoris antes de mirarme con una sonrisa en el rostro.
—Fatemi sapere quanto vi piace farvi leccare la figa —dice con voz ronca—. Grita para mí.
«¿Qué fue lo que...?».
Hunde sus dedos en mi interior y su lengua se mueve sobre mi clítoris lentamente. Mi cuerpo se retuerce bajo su toque. Cierro los ojos y disfruto del momento.
Mueve la lengua de arriba a abajo al mismo tiempo que sus dedos se mueven rápido, tocando el punto exacto donde lo necesito.
Abro los ojos y me apoyo en los codos para mirarlo, pero vuelvo a encontrarme acostada cuando su boca se cierra sobre mí. Su lengua continúa lamiéndome tan bien que me lleva al borde del orgasmo.
Sus dedos expertos saben cómo deben moverse y dónde tocar. Su lengua mantiene un ritmo continuo y devastador.
Succiona mi punto sensible y se aleja unos segundos.
—¿Ti piace, amore?
—Sí —jadeo—. Por favor, no pares.
Sonríe.
—Potrei succhiare la tua dolce figa tutto il giorno.
Sus ojos oscuros y llenos de deseo se burlan de mí diciendo que siempre tuvo la razón. Su mano libre toca mi trasero y su pulgar encuentra mi ano, rozando alrededor y pasando el dedo sobre él. Me escupe en la vulva y se deleita con cada centímetro de mí.
—Oh, Dios. —Arqueo la espalda.
Paso los dedos por el cabello de Dante y lo empujo hacia mí mientras muevo mis caderas. No puedo dejar de gritar. Los gemidos de Dante me estimulan aún más.
Necesito más de él.
Su lengua se mueve rápidamente. Me quito el sostén para dejar mis pechos libres. Apoyo mi peso en los codos para admirar cómo me devora y me pincho uno de los pezones mientras mi mano libre vuelve a la cabeza de Dante.
Sus dedos y lengua continúan torturándome al mismo ritmo hasta que mis piernas se sacuden y grito desde lo más profundo por la intensidad del orgasmo. Dante no parece inmutarse, porque continúa con la misma velocidad a pesar de que mi cuerpo se está alejando de él.
Todo mi cuerpo se estremece bajo su boca, se me ponen los ojos en blanco, y él no se detiene. Se me escapa una risa desesperada mezclada con gemidos. Su mano sigue moviéndose, llevándome al orgasmo otra vez. Entierro mis uñas en la tierra.
Es demasiado, pero no quiero que se detenga.
—Tan necesitada —gruñe momentos antes de volver a devorarme.
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Grita Por Mí (+21) [Terminado]
RomanceMe traicionó una vez. ¿Cómo espera que vuelva a confiar en él? Lana: ¿Qué haces cuando el príncipe de tu historia se convierte en el villano? Hace dos años me rescató de una prisión solo para llevarme a otra peor. Dante Cassano me traicionó. Destroz...