𝐜𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 7

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El daño de un simple destello de memoria

Daphne

¿Este cuerpo es mío?

Si.. si que lo es, pero ¿por qué?

¿Por qué no reaccionaba ante mis ordenes de que se moviera?

Moví la cabeza a un lado y solo vi una ventana con cortinas blancas recogidas hacia los lados, pude notar un cielo azulado con nubes naranja rosáceas distribuidas de una manera perfecta y los rayos de sol encendiendo el cielo haciendo un precioso amanecer.

Me miré los pies los cuales no pude ver en realidad porqué estaban cubiertos por una manta celeste, vi mis manos y estaban inmóviles y con cables incrustados. Intenté moverlas pero hicieron caso omiso a mis intenciones, me alarmé, pero, entonces luego de seguir intentándolo unos minutos supe que mi cuerpo no iba a responderme. Así que estiré mejor mi vista y se hizo notar las maquinas, los asientos a un lado pegados a una pared y también el olor a alcohol me hicieron darme cuenta que estaba en un hospital.

¿Pero cómo había llegado ahí?

Espera.

Estaba sintiendo una extraña sensación, me sentía disociada, totalmente fuera de lugar. Algo no encajaba aquí. ¿Qué demonios me pasaba?

Pasé cada minuto buscándole relación y las raíces a todo esto.

¿Qué me había sucedido para llegar aquí?

o más importante.

¿En que cuerpo se metió mi alma?

Porqué joder, no recuerdo... en realidad no recuerdo nada.

***

Solo dormí hasta que el cielo dejó de ser arte y se tornó lluvioso, para entonces ya habían llegado enfermeras felices por verme despierta pero mi cara parecía ser la de desconcierto total, y no es para menos estaba perdida no sabía nada de nada, como si me hubieran vaciado el cerebro que es cierto en realidad, el golpe en la cabeza fue como presionar un botón que inicie la eliminación, no sé pero esto es tedioso. Estas mismas enfermeras me dieron de comer y de beber, me dio algo de vergüenza que me trataran como enferma, pero supongo que lo estaba.

Mi mente estaba cerrada, era un sentimiento molesto el de no saber absolutamente nada, en ese momento sentía que no conocía el mundo en el que vivía pero luego de la visita de aquellas enfermeras sentí que al menos recordaba lo que era bañarse, comer y beber agua. No es que me haya vuelto boba, solamente que mi mente decidió tomarse un descanso, al menos eso me dijeron las enfermeras aunque creo que no es exactamente eso.

Al pasar el tiempo recibí visita, algo muy bueno para tratar de despertarme el pedazo de cerebro que tenía. Esa visita eran dos adultos mayores, la señora un poco mas baja que el señor.

Ellos entraron con los ojos bien abiertos como impresionados o ansiosos se acercaron a mi tan lento como si les fuera a rasguñar, confieso que eso me dió mucha gracia y solté una sonrisa.

-Daphne, mi amor... nos dijeron que perdiste la memoria. -Su voz sonó cautelosa de una manera que salió deprimente.

¿Daphne? ¡Oh, si! así me llamo... Daphne. Creo que nunca me ha gustado mi nombre tanto como ahora.

-Si, es algo molesto pero las cosas básicas suelo recordarlas rápido. -hablé tratando de hacerlos sentir bien.

La mujer sonrió con fascinación, y el hombre formó una línea con sus labios viéndome fijamente. En sus ojos se notaba una tristeza profunda. ¿Estaba así porqué yo había perdido la memoria?

NecrofagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora