Heredera de Slytherin ♡ Harry Potter - Draco Malfoy ♡ [2]

12. TODOS CONTRA SLYTHERIN

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A pesar de que la broma de la bomba de olor había tenido un éxito inicial, el ambiente en Hogwarts se tornó cada vez más pesado a medida que la mañana avanzaba. La noticia del ataque a Colin Creevey, quien yacía petrificado en la enfermería, se propagó como un incendio en un campo seco, llenando los pasillos de murmullos de miedo y sospecha. Los estudiantes miraban a sus compañeros con desconfianza, y los de primer curso se desplazaban en grupos apretados, temerosos de que el peligro pudiera esconderse en cualquier esquina.

Selena seguía en estado de shock, incapaz de procesar que ella y Draco habían estado tan cerca del ataque sin percatarse. La repentina manifestación de su obscurial había sido aterradora, y su mente se inundaba de preguntas. «¿Por qué se había desatado de esa manera, sin advertencia ni explicación?» A su lado, Draco la observaba en silencio, su preocupación evidente en el fruncido de sus cejas y la tensión en su mandíbula. Consciente de que Selena a menudo luchaba por abrirse, decidía darle espacio, esperando el momento en que ella se sintiera lista para hablar.

La inquietud de Draco era palpable. Sentía que era un guardián a su lado, temiendo que la sombra del oscuro humo emergiera de nuevo en cualquier instante. Selena intentaba sonreírle, pero su esfuerzo era visible como una máscara frágil colocada sobre su expresión sombría. La tensión bajo la superficie no pasaba desapercibida: sus labios se mantenían apretados, como si contuvieran palabras que temía liberar.

Mientras tanto, en la sala común de Slytherin, sus compañeros preguntas: "¿Qué pasó? ¿Sabes algo? ¿Viste algo raro?". El aire de resignación que Draco traía consigo lo llevó a responder con frialdad, su voz cortante como una navaja: "No vimos nada." Con un leve movimiento de su mano, desvió su mirada hacia Selena, pero eligió omitir detalles sobre lo que había ocurrido la noche anterior.

Al finalizar las clases de ese día, el profesor Snape los llamó a su despacho. La atmósfera era palpable y tensa, y el ruido de la puerta cerrándose tras ellos resonó ominosamente en la habitación. Sentados frente al escritorio del profesor, los alumnos intercambiaban miradas nerviosas, una mezcla de incomodidad y expectación. Snape, con su habitual expresión tensa y autoritaria, observaba a cada uno de ellos desde su lugar, lo que hacía que el aire se volviera aún más opresivo.