SCP-8408: El huevo del Cuco.

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Música para acompañar el capítulo:

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El SCP-173 no intentaba siquiera pasar desapercibido. La humanidad misma parecía contener el aliento, como si el aire hubiera sido arrancado de los pulmones de todos los testigos en una última exhalación colectiva, solo si por una fracción de segundo, desviaban la mirada.

Era una sensación sofocante, un zumbido que vibraba como una tormenta atrapada bajo la piel. El sudor les cubría la frente, y donde cada gota caía al suelo, donde la tierra polvorienta lo absorbía con una voracidad silenciosa. Una humedad densa impregnaba el ambiente, pegajosa, asfixiante, como si la atmósfera quisiera aplastarlos con el peso de una acción que nadie se atrevía a nombrar.

El sol, una brutal esfera blanca y despiadada, había alcanzado su cenit, incendiando el cielo con una paleta de colores feroces: rojos como la sangre recién derramada, dorados que se derramaban como fuego líquido, y un azul cruel que parecía desgarrar las retinas de aquellos que se atrevieran a mirar hacia arriba. Bajo esa luz implacable, millones de ojos volvieron a fijarse en la figura petrificada de SCP-173.

Allí estaba, inmóvil y ominoso, pero la tensión que emanaba parecía curvar el espacio a su alrededor. Sus cuerpos temblaban bajo la presión invisible, una energía que retumbaba desde sus entrañas, exigiendo una liberación imposible. Sus pensamientos, pesados y viscosos, se arrastraban como serpientes en la oscuridad, rozando la idea del desastre inminente. Pero esa idea era siempre aplastada por el viento que cortaba como cuchillas de hielo, el mismo viento que les arrancaba gritos silenciados por la mueca de un terror que jamás osaban admitir.

Y entonces, en medio de esa sofocante carga emocional, las preguntas se deslizaron por sus mentes como gotas de agua helada, trayendo consigo una nueva ola de pánico y miedo:

¿Cuál fue la razón tan vanidosa que llevó a la creación de la Escultura?

¿Qué manos, marcadas por la locura o por un arte sublime, moldearon su figura?

¿Qué podría ganar una obra como esta con ser vista eternamente?

La perplejidad del momento dejó caer estas dudas como un aguacero, abriendo grietas en el temple colectivo, desatando un mar de horror. Porque esta no era una simple obra de arte. No. Esto era la obra de arte por excelencia, una creación nacida para esclavizar la mirada de todo aquel que se atreviera a contemplarla.

Pero, incluso en esa vorágine de angustia, algo insólito se encendió: un atisbo de valor retorcido y desesperado. Cientos comenzaron a preguntarse si, tal vez, había una utilidad en ese poder que todo lo consumía. Si SCP-173 podía someter la voluntad humana tan eficazmente:

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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