Violet
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Mi alarma suena, y abro los ojos lentamente, sintiendo la pesadez de la madrugada en cada músculo. Me quedo mirando el techo unos segundos, tratando de encontrar la energía para moverme. Estiro los brazos y arqueo la espalda, soltando un suspiro antes de sentarme en el borde de la cama. El dolor en la sien late con fuerza, y cierro los ojos un momento, deseando que desaparezca.
Pero la niña quería salir.
Observo mi reloj y apenas son las cuatro y media de la madrugada. Los flashback de Alejandra y Shelsea besándose me atacan como un bombardeo. «¡Qué mujeres!» me hicieron sentir frustrada por no poder hacer lo mismo. ¡Maldito Lucían! Espero y algún día de estos me recompense con una buena follada o tendremos problemas.
Arrastro mis pies hasta al baño. Hago mis necesidades y también me ducho, cuando salgo lo primero que hago es buscar ropa deportiva, ya que si quiero tener energía para todo el día debo salir a trotar.
Cuando ya estoy lista reviso mi agenda en mi celular. Lo único importante hoy es asistir a la reunión con Lucille, para posteriormente tener la sesión fotográfica. «¡Me encanta!» ¡Hoy tiene que ser un buen día!
Arrugo mi rostro cuando entro a mis redes sociales, la primera foto que me salen soy yo meando mi culo contra un hombre. ¡A la mierda! ¿Que hice? No pienso leer los comentarios.
Mi respiración se atasca por un momento, y los dedos me pican por leer los comentarios, pero sé que lo que están diciendo no es para nada bueno. Ahora lo que llama la atención es una foto diferente, donde también me etiquetan. Daphne y Lucían; la boca se me seca. En esa foto, mi novio lleva una gorra y unos lentes, pero es inconfundible. No están haciendo nada malo, pero ella parece susurrarle algo al oído y él le sonríe. El título: “¿La relación entre la supermodelo Violet Lombardi y el jugador estrella de Italia Lucían Ambrosio ha llegado a su fin?” No pienso bajar más, sé que ese artículo seguramente esté lleno de malicia, hablando de mi pasado. Del pasado que no tienen ni la más mínima remota idea.
Tiro mi celular en la cama y dejo salir un profundo suspiro. Esto me tiene indignada, mis sentimientos son confusos, pero el hecho de que Lucían me esté viendo la cara de estúpida no me agrada. Se supone que él es de las personas más sinceras, pero ¿Por qué no me ha dicho nada?
«¡Lucille Becket y Odessa!» Por Dios, que esto no me joda lo que tanto me costó conseguir. Tanto trabajo y por chismes como estos, lo que todavía no empiezo puede irse a la mierda en un abrir y cerrar de ojos.
Con un impulso de rabia, salgo de mi habitación y me dirijo hacia donde se hospedan Shelsea y Alejandra. Mis nudillos golpean la puerta sin cesar, casi frenética, hasta que, por suerte, la persona que necesito ver aparece, despeinada y con una expresión soñolienta.Ignoro por completo su aspecto desalineado. Lo único que me importa es obtener respuestas.
—¿Qué sucede? —arrastra las palabras y su voz es carrasposa.
—¡Hay un artículo hablando de mí! —chillo nerviosa mientras sacudo a Alejandra, que todavía no despabila—. ¡Dime si eso puede provocarme problemas con Odessa!
Alejandra se rasca la cabeza y niega con los ojos entrecerrados.
—Mientras la marca no se vea involucrada, no hay problema, además no hiciste nada malo —logra decir, apoyando su frente en la puerta—. Necesito dormir... —se queja en un gemido.
Camino de regreso a mi habitación, acomodando mis pensamientos y preocupaciones. Respiro con tranquilidad, dejando que la calma me invada poco a poco. Me recuesto en la cama, tratando de convencerme de que todo estará bien. Pero sobre Lucían y Daphne... joder, ¿qué voy a hacer con eso? Terminar es la opción más sensata. No puedo permitir que me vean la cara de estúpida, y menos con alguien tan insípida como ella.
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Violet ©
Roman d'amour¿Quién dijo que abrirse paso como modelo no tiene su precio? Violet Lombardi lo sabe mejor que nadie. Ha sobrevivido al mundo feroz de la moda cargando con un pasado oscuro y secretos que preferiría olvidar. Pero lo que no esperaba era reencontrarse...