He estado con alergias toda la semana, le expliqué al doctor mi situación, pero él simplemente me recetó desloratadina y me envió de vuelta a casa, me dijo que si los síntomas empeoraban volviera. Mi esposa ha notado ciertos cambios, despierto con sangrados de nariz, los ojos irritados y un dolor de cabeza enorme, me pica mucho el cuerpo y me he rascado tanto el cuero cabelludo que la caspa se mezcla con la sangre en el espacio de mis uñas, una vez ella se molestó mucho pues su almohada absorbía los sangrados en la noche, la mitad era un algodón de un rojo oscuro, mientras la otra era blanquecina como el alba.
En un momento de esta mañana estornudé, el latigazo de mi cuello me mareó, caminé al baño para con papel higiénico terminar de sacar mis mocos, en el espejo, vi mis ojos enrojecidos, nada diferente a los últimos días, soné mi nariz. Cepillé mis dientes, algunas gotas de la sangre cayeron en mi mano, junto con las gotas un hormigueo desde el hombro hasta los dedos, dejé de sentir parte de mi cara, mi esposa entró al baño, sus ojos estaban rojos, no respondía a las preguntas que le hacía, estornudó sin fuerzas, sangró su nariz, parada frente de mí, empezó a descender poco a poco, sus ojos se perdían y de su nariz un líquido transparente goteó, detrás de, un puré rosa apareció, se deslizaba por su labio superior, llovió bajo su nariz, un chorreo viscoso y desagradable ensuciaba el baño, su cuerpo seguía bajando, inclinando sus rodillas, soltando sus hombros, hasta que el reguero terminó.
La masa del suelo, palpitante, explotó después de que lo que quedaba del cuerpo lánguido de mi esposa la aplastara. Giré mi cabeza para ver al espejo y recordé que mi nariz no había dejado de sangrar.