8. La cura

54 8 1
                                    


Su hijo tiene seis meses cuando Enzo, Valentino, Andy, Rocco y Emanuel completan la cura.

Todos están exhaustos, han sido seis meses muy largos de prueba y ensayo, pero por fin la han terminado y Agustín no podría estar más orgulloso de su compañero omega y de su manada. Eso es lo que han acabado siendo todos, como él ya sabía que sucedería nada más poner un pie en Edén y conocerlos.

Odiaba profundamente ese complejo y todo lo que representaba, pero ahora lo considera su hogar, suyo y de su manada. Cuando se quiere dar cuenta, hace más de medio año que ninguno de ellos pone un pie fuera del lujoso complejo hecho para millonarios, y realmente no es para menos. Tienen todas las comodidades del mundo allí, comida para años, camas cómodas y calentitas, aire acondicionado y calefacción, gimnasio, cine y hasta una piscina cubierta.

A Andy le gusta nadar allí temprano por las mañana, Della lo espera en el comedor común con una taza de café para cuando su alfa regresa con los rulos mojados y una sonrisa en la cara.

Podrían ser egoístas.

Podrían ser egoístas y no compartir lo que tienen con nadie más, Edén está en medio de la nada y tienen todos esos lujos solo para su manada, pero él no es así y las personas a las que quiere tampoco.

—Tarde o temprano alguien encontraría el complejo —dice Pipe una mañana, cuando están hablando sobre lo que harán cuando tengan suficientes viales con la cura— podríamos mantenerlos fuera con la tecnología del lugar, pero quedamos muy pocos humanos vivos. No queremos acabar con lo que queda de la humanidad por egoísmo, aunque seguro que muchos supervivientes son de lo peor.

Su manada asiente, pero Valentino toma la palabra. Él sabe que ese omega no está de acuerdo con ciertas cosas, pero también que no discutirá con Pipe y con Juani a menos de que sea algo totalmente incompatible con su forma de ver las cosas.

—Primero expandimos la cura. —dice con rotundidad— Necesitamos más tiempo para eso, y una vez lo esté... Entonces comenzamos con el rescate.

Los rescates, en realidad.

—La mayor parte de lo que queda de la humanidad es una mierda. —dice Andy, arrugando la nariz— No tenían otra cosa que hacer que montar burdeles, y después se sorprenden cuando el ruido atrae a los zombies y acaban muertos.

Atrae más a su cachorro contra su pecho cuando piensa en eso, y Matías lo abraza por la espalda en ese mismo momento. Tiene su marca en el cuello desde hace muy poco, su celo fue hace un mes así que ahora tiene su mordida y la de Enzo, y el alfa sabe bien lo que pasa por su cabeza.

—Nunca te tocarán. —susurra Matías para que solo él pueda oírlo— Vos sos tan fuerte, precioso, pero incluso si te atrapasen... Yo quemaría el mundo por vos y Enzo lo destruiría, nunca dejaríamos de buscarte.

Le cree.

Su relación con el alfa no era la mejor cuando se conocieron y él les reveló lo que crecía en su vientre, pero ha cambiado demasiado con el paso del tiempo. El mismo día que supo como su marido lo usó, Enzo prácticamente lo reclamó como suyo y Matías no protestó. Pensar en ellos como los papás de su cachorro alivió sus terrores nocturnos por mucho tiempo, aunque Blas es una herida dentro suyo que duda que algún día sane por completo.

—No me atraparán, no con Enzo cubriéndome las espaldas. —dice, girándose para darle un beso rápido— Cuando empecemos a rescatar omegas, voy a matar a todos los malditos alfas puteros que encuentre. Y Enzo les disparará a los que huyan de mí.

Están alejados de la mayoría de ciudades importantes de Argentina, pero Edén es un lugar provisto de toda clase de tecnología y tienen ojos y oídos por todos lados. Es por eso que saben que en las zonas colindantes se están formando prostíbulos improvisados, muchos de los ya de por sí pocos pocos omegas que quedan están siendo forzados y ni él ni su manada pueden permitir que siga sucediendo, pero sabe que Valentino tiene razón.

Elecsys - X002Donde viven las historias. Descúbrelo ahora