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CUATRO i don't recognise you
Odio que me molesten cuando duermo, sobretodo teniendo en cuenta lo que me había costado dormirme hoy, estuve horas revolviéndome en la cama intentando procesar lo que pasó esta mañana. Y la ridícula razón de mi despertar fueron dos mensajes que llegaron a mi teléfono.
Era medianoche, ¿quién necesitaba escribirme a esta hora? Agarre el teléfono con molestia, obviamente el mensaje era de la única persona a la que le daría igual molestarme a la hora que sea.
Bakugo
Oye tú. 00:47
Tenemos que acabar el proyecto. 00:47
Es casi la una de la mañana. Visto a la 00:48
Me da igual. 00:48
Mañana iré a tu casa a las 15:00. 00:48
⭑
— Va a venir a mi casa a las tres. — Izuku hace un gesto para que continúe pero yo me quedo callada, todavía no sabía cómo contarle lo que pasó ayer.
— Han pasado años y todavía tenéis una relación extraña y complicada.
Ni siquiera dudo en esconder la decepción de su rostro, parecía que se deprimía cada vez que le mencionaba.
Viendo que Midoriya giró su cabeza devuelta a la explicación del profesor yo gire la mía en dirección a la mesa del rubio. No me sorprendió nada ver como una de las chicas de clase le hablaba insistentemente mientras él solo la ignoraba.
Sin darme cuenta me quedé mirando más de lo que debería, y fue la mirada de Katsuki clavándose en la mía lo que devolvió a la realidad, tiene esa estupida sonrisa burlona mientras me mira.
En un tonto intento de disimular lo que acababa de pasar agaché mi cabeza, tenía la vista en mi teléfono que se iluminó nada más mire hacia el, un mensaje nuevo.
Bakugo
Deja de mirarme acosadora. 10:40
Nada más leer el mensaje le di la vuelta al teléfono con rabia escuchando como su risa resonaba por toda la clase.
Golpe bajo.
Izuku se gira hacia a mi mesa de nuevo. — No dejes que te torture. — Hizo una pausa al darse cuenta de que Bakugo nos escuchaba, su voz temblaba pero siguió hablando. — Tu no te lo mereces Tara.