"¿No sabes cuándo comenzó la Segunda Guerra Mundial? ¿No la viviste o algo así?"
"Uh, nací en los noventa."
En donde los ancestros Quileute piensan que es divert...
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ValeriaCullen estaba contenta de volver a Forks, Washington. Ni siquiera había querido irse en primer lugar. Después de todo, era el primer pueblo en el que residía como recién convertida en vampiro y miembro de la familia Cullen. Por supuesto, no había hecho amigos cercanos para toda la vida, sabiendo que le dolería verlos envejecer y morir mientras ella permanecía congelada en el tiempo, pero había gente a la que extrañaba ver cada día.
Entonces, cuando regresaron, Valeria estaba extasiada porque eso significaba que podría ver a Jessica Stanley dar su discurso de despedida e ir al último partido de béisbol de Tyler Crowley y Mike Newton. Podría ir al baile de graduación de último año; el año anterior había renunciado al baile de graduación de tercer año por falta de una pareja.
Estaba feliz de estar de regreso en la escuela secundaria de Forks para terminar su último año por primera vez —su muerte repentina la había detenido la primera vez—. También estaba contenta de que sus hermanos fueran un poco más sociables esta vez, lo que significa que todos almorzaron con los amigos humanos de Bella.
Valeria estaba sentada en una mesa con Edward, Bella, Angela, Jessica, Eric y Mike. Él joven vampiro estaba sentado junto a Angela y la ayudaba a escribir las direcciones de las invitaciones de graduación. Con las dos trabajando, probablemente habrían terminado para cuando tuvieran que irse a clase, algo que Angela agradeció mucho.
Junto a ellos, Mike había robado el bloc de notas de Jessica y la estaba ayudando a escribir su discurso de despedida, o eso afirmaba.
"Mis compañeros de estudios", empezó Mike, ganándose la risa de los demás. "¿Cierto?"
"Si", lo animo Eric, algo que probablemente no debería haber hecho.
"Bien", dijo Mike, sonriendo mientras continuaba.
"Qué lindo", dijo Jessica sarcásticamente mientras Mike la señalaba para pedirle su opinión.
"Somos el futuro. Todo es posible si crees en ello", añadió Mike, echando mano de los clichés.
"Bien", dijo Valeria, sonriéndole antes de completar otra invitación.
"No lo animes, V", dijo Jessica sacudiendo la cabeza.
"Bla, bla, bla. Perfecto. Ahí está tu discurso", dijo Mike, garabateando todas esas tonterías. Luego arrancó la página del cuaderno y se la entrego a una Jessica que no estaba impresionada.
"No será mi discurso. Cuando quiero que me tiren diplomas a la cabeza", arrugó el papel del discurso y se lo arrojó a Mike. "Gracias".
"Tienes que aceptar los clichés, Jess", le dijo, inclinándose hacia atrás sonriendo con orgullo.
"Si. Son el pan de cada día de los que dan discursos", afirmó Eric.
Angela le sonrió a su novio. "Y por eso tu no darás el discurso".
