El sol comenzaba a caer, proyectando una luz suave y cálida en los pasillos de la U.A. Izuku agotado después de un largo día de entrenamiento, se dirigía a la sala común, buscando un lugar tranquilo donde relajarse. Sus músculos dolían, y sus párpados pesaban tanto que apenas podía mantenerlos abiertos. Cuando encontró un sillón apartado, no lo pensó dos veces y se dejó caer sobre él.
No pasó mucho tiempo antes de que el sueño lo venciera por completo.
Mientras tanto, Bakugou regresaba de entrenar en el gimnasio, aún con la adrenalina corriendo por sus venas. Iba hacia la sala común con la intención de relajarse un poco antes de cenar. Al entrar, sus ojos se posaron inmediatamente en Izuku, quien estaba profundamente dormido en el sillón.
"¿De verdad, Deku?", pensó Bakugou con una mezcla de exasperación y algo que no podía identificar del todo. Se acercó, cruzándose de brazos mientras lo observaba. Izuku se veía... relajado. Incluso vulnerable, algo raro en alguien que siempre estaba tan nervioso y alerta.
— Tsk, siempre quedándote dormido en cualquier lado, maldito nerd —murmuró en voz baja.
A pesar de su comentario sarcástico, Bakugou no hizo nada por despertarlo. En su lugar, se dejó caer en el sillón junto a Izuku, cerrando los ojos por un momento. El silencio de la sala era cómodo, y el ritmo suave de la respiración de Izuku era casi hipnótico.
Sin embargo, lo que menos esperaba Bakugou sucedió: mientras dormía, Izuku se movió, buscando inconscientemente una posición más cómoda, y su cabeza terminó recostada sobre el hombro de Bakugou. El rubio abrió un ojo y miró hacia abajo, viendo el cabello verde de Izuku rozando su brazo.
Bakugou suspiró, entre frustrado y... algo más. Cualquier otra persona ya habría recibido un empujón para despertarlo, pero esta vez no lo hizo. En lugar de moverse, Bakugou se quedó quieto, sin querer admitir que la situación no era tan molesta como debería ser.
— Eres un problema hasta dormido —murmuró Bakugou en voz baja, pero sus palabras carecían del veneno habitual.
A medida que los minutos pasaban, Bakugou comenzó a relajarse. Había algo extrañamente reconfortante en el peso ligero de Izuku sobre su hombro, como si después de todo lo que habían pasado, este pequeño momento de calma entre ellos fuera un respiro necesario. Aunque jamás lo admitiría en voz alta, no podía negar que la cercanía de Izuku era... agradable.
Eventualmente, Izuku se movió de nuevo, abriendo lentamente los ojos y dándose cuenta de dónde estaba. Parpadeó, notando la calidez del hombro de Bakugou bajo su cabeza, y su rostro se encendió de inmediato en un rojo brillante.
— ¡K-Kacchan! —exclamó, enderezándose rápidamente, claramente mortificado—. ¡Lo siento, no me di cuenta que...!
— Cállate, nerd. —Bakugou lo interrumpió con una mirada seria, pero había un toque de suavidad en su tono que Izuku rara vez escuchaba—. Solo sigue durmiendo si eso es lo que necesitas. No es gran cosa.
Izuku parpadeó sorprendido, incapaz de formular una respuesta. Bakugou, en cambio, se levantó del sillón con una expresión neutral, como si la situación no lo afectara en absoluto.
— La próxima vez, elige mejor dónde te quedas dormido. —Bakugou hizo una pausa antes de añadir en voz baja, sin mirarlo directamente—. No siempre estaré ahí para que te apoyes.
Con esas palabras, Bakugou salió de la sala, dejándolo con el corazón acelerado y una extraña sensación de calidez en el pecho. Mientras lo veía irse, Izuku no pudo evitar sonreír levemente. Tal vez, después de todo, esos pequeños momentos compartidos con Bakugou significaban más de lo que cualquiera de los dos estaba dispuesto a admitir.
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Mini historias
FanfictionHistorias de un capítulo donde Katsuki e Izuku siempre son los protagonistas. "Cualquier idea puede ser tomada para expandirse"