"M+H= x"

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Pocos días después, a metros de distancia del estudio de tatuajes de Minji

- ¿PUEDES APURARTE, PELINEGRA CUL… —la bebé en sus brazos la detuvo— TRASERO GRANDE PHAMGAY? —Danielle había sido la primera en abandonar su lindo auto para ir a la tienda de tatuajes. Sacó a su sobrina del coche de seguridad del asiento de atrás y empezó a caminar pero se tuvo que volver cuando fue a decirle un comentario gracioso a su socia acerca de las horrendas calzas que estaba usando una mujer que justo cruzaba la calle enfrente de ella y se dio cuenta que caminaba sola. Caminó con furia y con Minjeong tambaleándose en sus brazos hasta el auto nuevamente, para encontrarse con Hanni revisándose en el espejo por décimo novena vez en lo que iba del trayecto que habían recorrido desde la oficina hasta la tienda de tatuajes.

- Dame un segundo —pidió Hanni sacando el maquillaje de su bolso para darse un retoque.

Danielle suspiró y apoyó su frente en la ventanilla de Hanni para luego besar la cabeza de Minjeong. La pequeña chupaba ansiosa su sonajero sin importarle cuánto se demoraba su madre. Danielle pensaba quedarse tranquila y tener paciencia hasta que vio como su socia sacaba el peine de su bolso— Hanni… por el amor de Dios… por vigésima vez, te ves todo lo hermosa que alguien tan cul… de trasero grande como tú puede verse. La rarita va a estar babeando por ti aunque uses una bolsa de papas y te maquilles como una pu… como una mujer de la calle, que por cierto, es lo que pareces ahora… —de un manotazo le sacó el rímel de las manos a su amiga.

- ¡OYE! —a Hanni no le gustó para nada— Danielle June Marsh, devuélveme eso ya mismo —nadie le sacaba nada de las manos a Hanni Pham. Bueno, eso era antes, porque ahora estaba segura de que si tuviera el libro de todas las respuestas de la vida en sus manos y alguna de sus tres hijas o Minji se lo quitara de un manotazo a ella no le importaría. La risa de Minjeong hizo que su ceño fruncido desapareciera en menos de dos milésimas de segundos. La risa de la bebé era tan hermosa como la pequeña de piel clarita.

Danielle no hizo más que reírse mientras miraba la falsa amenaza de su amiga— Por Dios, Han, desde que eres madre y estás enamorada de la portadora del terrible martillo, has perdido toda tu maldad —la australiana se reía pero en realidad estaba muy orgullosa de su amiga. Danielle alzó a Minjeong para enfrentarla— ¿No es cierto, pequeña culoncita? ¿No es cierto que desde que tu mamá está loquita por el rarón de tu otra mamá está hecha una blandita? —la voz de la australiana era lo más ridículo del mundo y ni hablar de la cara de babosa que ponía cuando Minjeong le soltaba un millón de balbuceos por segundo.

Hanni solo giró los ojos y volvió a recuperar de un manotazo lo que le habían sacado, aprovechando que su hija mantenía distraída a su socia— Mira quién habla, señorita "tengo que salir corriendo de una reunión de negocios porque Haerin quiere un picnic improvisado en el parque o empiecen la fiesta sin mí porque mi hija quiere que cocinemos juntas" —era el turno de Hanni de reír y de Danielle de girar los ojos. Si había una competencia de gobernadas, claramente Hanni y Danielle eran ganadoras.

- Como sea —le restó importancia y volvió a posicionar a su sobrina sobre sus caderas— ¿Nos podemos ir ya? Quiero ver a mis otras sobrinas —sentenció apoyándose en el auto y dándole la espalda a Hanni.

- Dime cómo me veo. Y dime la verdad porque necesito que Minji me vea y se me tire encima, así que respira y dime que me veo deseable —nuevamente se miraba en el espejo al mismo tiempo que se acomodaba el cabello para después acomodarse el escote de su ajustado vestido azul marino.

Danielle suspiró y miró a su sobrina que la estaba mirando a ella como diciendo "no me dejes en las manos de esta loca". Un nuevo suspiro de la australiana le dio el impulso que necesitaba para caminar hasta el lado del conductor y abrir la puerta para sentarse.

No soy para ti | Bbangzas G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora