Capítulo 19.

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WEDNESDAY

Mientras estaba sentada en la mesa
del restaurante con Taylor, Yoko,
Divina y Enid a mi lado, me costó
creer que esto fuera verdad.

Sabía que teníamos mucho camino
por reorrer, pero estábamos
todas aquí, tratando; tratando de
reconstruir lo que quedaba de esta
familia de nuevo. Y sabía a quién agradecer por todo esto... al ángel que se había estrellado en mi vida con la fuerza de un tornado. Y de alguna manera, contra todas las probabilidades, lo había hecho muy bien.

Mi pecho se contrajo mientras
la veía reír de algo que Taylor
había dicho, su bello rostro
resplandeciendo. No podía respirar
mientras la miraba, se había
convertido en mi todo... era lo más
importante de mi vida.

Moviéndome en mi asiento, traté de
no perder la cabeza, pero sorprendí
a Yoko mirándome con una sonrisa.

Estúpida...

Mientras salíamos del restaurante
más tarde esa noche, caminábamos
hacia el auto de Enid mientras
Taylor, Yoko y Divina iban al suyo.
Cuando dijimos buenas noches,
Taylor de repente corrió detrás de
mí. Torpemente, tiró de mí para
abrazarme.

Suspirando de felicidad, le devolví
el abrazo. Apartándose, bajó la
cabeza con timidez, diciendo
rápidamente:

-No hagas nada que te aparte de
nosotras de nuevo, de acuerdo, Wedny.-Asentí firmemente.

-Lo giuro, sorella -le dije, queriendo decir cada palabra. Taylor sonrió.

-Bene, molto bene. Buono notte,
Sorella.

Yoko, Divina y Taylor se despidieron mientras Enid volvió a mi lado. Presionó un beso en mi
cuello, usando la distracción para
arrebatar sus llaves de mi mano.

Levanté una ceja preguntando. Ella
bamboleó las llaves de su auto hacia mí.

-Quiero mostrarte algo -dijo
emocionada.

-Está bien -accedí, y la mayor
sonrisa burlona se extendió por su
rostro.

Enid me llevó hasta el auto y
saltó en el asiento del conductor.
Justo cuando me fui a deslizar en el
asiento del pasajero, noté un auto
aparcado a la distancia. Fruncí el
ceño. Había visto ese auto negro
alrededor de la ciudad en el último
par de días.

-¿Wednesday?-Enid me llamó
desde el interior del auto. Bajé la
mirada hacia ella frenéticamente
haciéndome gestos. Echando una
mirada más al auto estacionado,
mi pecho perdió tensión cuando lo
vi salir a la carretera y alejarse del
restaurante.

Suspiré con alivio y sacudí la
cabeza. Estaba siendo paranoica.
Mientras me deslizaba en el auto,
Enid preguntó:

-¿Todo bien?

Tomando su mano, la llevé a mis
labios, presionando un beso en su
piel suave.

-Bien.

Después de un corto paseo,
llegamos a la galería. Mi corazón
empezó a palpitar en mi pecho tan
pronto como llegamos y Enid metió el auto en el parking.

La exposición era en un par de días
y sabia que ella había terminado
el diseño. No sabía por qué, pero
había sido demasiado cobarde para
venir aquí últimamente, para ver todo terminado, ver la exposición
totalmente diseñada.

Supongo que esto solo hacía todo
este cambio en mi vida un poco más real. Como si estuviera finalmente dejando atrás mi pasado. Todavía tenía miedo de creer que esta vida que ahora estaba viviendo era real; que de alguna manera me sería arrebatada, justo en el momento
en que me permitiera ser feliz.
Tenía mi escultura, tenía a Enid, y
ahora, después de esta noche, tenía
a mis dos hermanas de vuelta en mi
vida. No podía soportar la idea de
perderlo todo de nuevo.

Dulce Esperanza (Wenclair Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora