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Pasadas casi tres horas el mayor bajó y no encontró al chico, entonces revisó la cocina y el mayor algo preocupado subió a la habitación del menor

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Pasadas casi tres horas el mayor bajó y no encontró al chico, entonces revisó la cocina y el mayor algo preocupado subió a la habitación del menor.

-Seung… ¿Te sientes bien?- cuestionó y el alto no dijo nada más que.

-No quiero comer, estoy bien.- dijo tranquilo, estaba escribiendo algunas hojas para la menor ya que en unas horas la iría a buscar.

-Min, ¿Puedo pasar?- cuestionó recibiendo negación por parte de él. -Por favor.- volvió a mencionar y recibió un ‘pase’ por parte del alto.

Entró y mordió sus labios algo nervioso.

-¿Necesitas algo, Bang?- cuestionó y el mayor frunció el ceño, sentándose a un lado de él en la cama. Ya estaban totalmente solos en casa, pues luego de hacer el almuerzo las mujeres que generalmente ayudan a mantener la casa se van.

-Quiero que comas.- dijo bajito.

-Yo no quiero comer.- dijo por su parte.

-¿Es por la comida? ¿Quieres que te pida algo? Yo lo pago.- dijo y el menor dejó lo que estaba haciendo, puso el cuaderno a un costado y se volteó a verlo.

-No te preocupes por mí, ¿Sí?- cuestionó y el mayor tomó su mano con cuidado.

-Quiero que comas. Si ya te cuesta dormir ahora vas a dejar de comer… Seungmin, come.- dijo, el menor asintió a sus palabras.

-En un rato bajo, salte, por favor.- dijo y el mayor frunció sus cejas.

-Sé que te afectó lo que pasó antes, sé que hice mal, en serio sé que no fue la forma de hacer las cosas. Pero me hace sentir mal que tengas esta actitud conmigo… por favor, Min.- susurró y el menor frunció sus cejas en su dirección.

Quería sonreír, el mayor estaba teniendo una ligera parte de lo que él sintió.

Esto apenas está comenzando…

-No quiero que te sientas mal…- dijo en un susurro de igual forma, viendo cómo de a poco el mayor se le acercaba, sólo para abrazarlo por lo que se dejó hacer en sus brazos.

-Perdóname, por favor.- pidió, el pelinaranja asintió escondido en su pecho, acariciando con su nariz el cuello del alto.

-Yo nunca te voy a hacer sentir mal, Banggie.- dijo tan bajo que apenas él mismo había logrado escuchar sus palabras.

-Lo sé, tus hermosos ojos jamás me harían daño.- dijo y Seungmin reprimió una pequeña risa.

Se separó un poco de él y acunó su rostro hasta juntar sus labios en un tranquilo contacto.

El beso subió de a poco la intensidad, Chan seguía el beso del cual había dejado el total control en manos del pelinaranja, sentía como los dedos del mismo se enredaban en sus cabellos y con sus manos se encargó de acunar su cintura.

The secret revenge²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora