—¿Has estado cuidando la ciudad por mí? Eso es muy amable de tu parte, Julia. Había pensado que andabas con tu esposo—le digo el héroe arácnido.
—Larry, falleció hace unas semanas en un accidente automovilístico—las lentes blancas del héroe se abrieron—. Quise buscar al responsable, lo tenía en mis manos y cuando estuve apunte de molerlo a golpes. Su hijo entró en la habitación, vi en sus ojos aquel terror.
—¿Qué hiciste con él?
—No le hice nada, al parecer era un alcohólico en recuperación y cedió ante sus instintos. Vivía con la culpa en todo momento, quería cambiar por su hijo—responde—. Estoy intentando mantener a Rachel, aunque es difícil ser una heroína y una madre.
—El trabajo nunca ha sido muy fácil, Spider-Woman—recordaba sus fracasos—. Aunque si continuamos luchando hallamos una luz de esperanza.
—Me sorprende lo sabio que puedes, aunque cuentes unos chistes pésimos
La pareja arácnido reía, escuchaban las alarmas de unas tiendas con una sola mirada se movilizan con sus redes. El más grande tomaba a dos por la nuca, ocasionando su coalición y la fémina usando las redes amarillas atrapaba a otros. Un aluvión de balas iban contra ellos, los cosquilleos hicieron que se movieran en las direcciones posibles y lanzaban aquella sustancia viscosa atrapando a los maleantes.
—A veces no es tan necesario hacer chistes. Sirven como una forma para provocar a mis villanos, deberías ver el rostro de Electro cuando le digo "Chispitas"—sube en sus hombros a los maleantes—. Vamos a dejarlos con Yuri, te invito a comer.
—El gran Spider-Man, ¿trae consigo dinero?—una sonrisa socarrona se plasmó en su rostro.
Peter bufó.
—Encontré unos cincuenta dólares en unos de mis pantalones, creo que puede alcanzar al menos para unas hamburguesas a menos que la señora araña cargué consigo dinero. ¿Estoy en lo seguro?—preguntaba.
La mujer niega, ocasionando una sonrisa en el castaño. Se alejaban de aquel lugar, sentándose en una de las tantas azoteas de la hermosa ciudad, tienen una vista preciosa.
—¿Cómo se siente morir y volver a la vida?—le daba una mordida a su hamburguesa.
—Es muy extraño, sientes que tu cuerpo está en cómo los lados—tomaba unas papas, para separarlas—. Tu mente está muy dispersa, intentando rememorar esos momentos de felicidad y en un solo minuto se terminan yendo. Una gran araña aparece ante ti, hablando en un idioma desconocido lo que supuse como latín o alguna lengua muerta que hayamos desconocido. Me ofreció la capacidad de renacer, ya no como un hombre sino como una araña—alzaba su brazo derecho, se extiende lentamente un aguijón óseo.
—¿Te sientes bien con eso?—agarraba su bebida de fruta, daba un sorbo profundo.
—Me he acostumbrado a estos nuevos poderes, aunque a veces no llego a controlar mí fuerza o mis reflejos llegando actuar por instinto únicamente. Hace unas semanas casi le quiebro la quijada a Herman—miraba su puño derecho—, me intento controlar aunque no me acostumbró a todo lo nuevo que hay en mí.
—¿Has podido relajarte?
Lo meditó por unos segundos y contestó:—He recibido la ayuda de unas amigas, aunque de todas formas me siento estresado por lo que me ocurre con mis poderes.
—¿Puedo ayudarte de alguna forma?—cautelosa como una serpiente, se acercó al arácnido de traje rojo con azul.
—No estoy seguro, Julia. Aunque si quieres estoy dispuesto aceptarlo
—Tan inocente puede ser en algunos puntos, eso me agrada mucho
Dejando la comida de lado, subía la máscara del héroe hasta la mitad y sus labios conectaban con los de Peter, sus lenguas bailan queriendo tomar el control ninguno daba oportunidad al otro. Se desean mutuamente, en un ágil movimiento la fémina se encuentra encima del varón pudiendo observar aquella figura tan voluptuosa como atlética. Los guantes del arácnido tocaban a la fémina, viajando por todo esa obra maestra y pequeños sonidos salían de esos labios.
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Spider-Man: A Lust Responsability
Historia CortaSpider-Man, ha regresado de entre los muertos, el estrés ha dominado a su cuerpo. Aunque unas amables señoritas, se encargarán de hacerlo sentir muy cómodo