CHAINED IN HELL/HELL ON EARTH

(𝟸𝟷) Laments of Lost Souls

"𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘈𝘭𝘮𝘢 𝘴𝘦 𝘱𝘪𝘦𝘳𝘥𝘦 𝘫𝘢𝘮𝘢́𝘴 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢"

𝑁𝐴𝑅𝑅𝐴𝐷𝑂𝑅 𝐴𝑁𝑂́𝑁𝐼𝑀𝑂

La menor atada de pies y manos a una camilla, luchando por safarse pero no podía.

—Ni si quiera lo intentes, no servirá de nada— La voz de Sebastián entró ala habitación cargada con maldad y una de las  sonrisa más retorcida posible.

—D-dejame ir..... Porfavor.... — Le rogó una vez mas, tratando de safarse.

—No lo haré ahora eres mia, y haré lo que se me de la gana contigo. — Agregó una risita al final.

Unos hombres entraron junto con Enzo y Jay, uno de ellos al parecer traía una maquina de re animación, lo que la alarmo más, la máquina fue puesta justo a su lado en la camilla.

—¿Q-que vas hacer Sebastián?— Jay lo miro asustado, por lo que pensaba hacer.

—No es nada solo es una pequeña terapia.—Dijo mientras se quitaba la corbata y el gaban.

—¿Que voltaje tiene?— Le preguntó a uno de sus hombres señalado la máquina.

"Unos 125 de voltaje" Respondio este prendiendo la maquina viendo la resolución del voltaje.

—Subelo ha 200— Ordeno, Arremangandose las magas de la camisa.

Se quitó en cinturón y dobló ala mitad acercándose a Elena, ella Susana frío, tratando se safarse de la camilla pero aún que se moviera gritara y llorara no lo iba hacer.

Sebastián le puso el cinturón en la boca, impidiendole hablar, Elena seguía moviendose para safarse, lo que provoco que los hombres de Sebastián, ajustaran más la correas de sus muñecas y pies.

Sebastián saco su celular y le marcó a Tom para que escuchara a su amada y lo que estaba apuntó de sufrir.

— Bueno?— Se escucho la voz de Tom desde la otra línea. —Vaya me sorprende que sigas vivo— Le respondió Sebastián sarcásticamente.

—¿Donde esta Elena?— Pregunto serio, mientras gustav y marcos trataban de rastear La SMS.

—¿Ella? Esta conmigo, por cierto es muy linda cuando llorar— Dejó ver una sonrisa, mientras le hablaba.

— Oye muy bien, Jodido Bastardo, si algo le llega a pasar, si se  lastima, si llorar, si uno de tus malditos hombres la llega a tocar, si muere o se enferma... Te mato—Le soltó con odio prometiendo que después lo haría.

—Creo que es muy tarde para eso.... ¿la quieres escuchar?, Bien te daré el gusto.— Se acercó ala camilla, puso el telefono en alta voz.

—Hazlo— Le susurro a uno de sus hombres, que tenía rozando los cilindros electricos cerca de Elena.

Elena negaba con la cabeza, pidiendole clemencia con sus ojos.

El hombre de Sebastián puso los dos cilindros electricos, a ambos lados de la cabeza de Elena, electrucutandola, provocándole un dolor infernal, como si la quemara por detro.