ᨯ ⠞ 𝔼l c𝑜ɱ𝐢ꫀׁׅܻ݊n𝘇o 𝗱e ᥙn a𝖚toꫀׁׅܻ݊x𝐭erminio.

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El eco de los aplausos seguía resonando en sus oídos incluso horas después de que las luces del escenario se apagaran. Draco se dejó caer en la silla de su camerino, cerrando los ojos por un instante. Sabía que todo había salido perfecto, que el público había gritado su nombre con fuerza. Y, sin embargo, la sensación de vacío no desaparecía. Se sentía atrapado entre lo que era y lo que los demás querían que fuera.

Abrió los ojos, observando su reflejo en el espejo frente a él. Su cabello negro, aún húmedo de sudor, caía desordenadamente sobre su frente. El maquillaje sutil que usaba para las presentaciones se había corrido un poco, pero nada de eso importaba. Lo que más le pesaba era la presión constante. Draco, la estrella joven del mundo de Brawl Stars, no tenía permitido cometer errores. Y ahora, con las cifras de ventas en un punto crítico, la presión era aún mayor.

La puerta del camerino se abrió lentamente, y entró su manager, Herr Dietrich, un hombre alto y de aspecto severo. Con su porte alemán y su meticulosidad, era difícil saber si estaba complacido o no. Dietrich se quedó un momento en silencio, mirando a Draco antes de hablar.

"Fue una buena presentación, Draco", dijo con voz firme, aunque sin emoción. "Pero tenemos que hablar de algo más importante."

Draco no necesitaba que le dijeran qué era ese "algo". Desde hacía semanas, su familia y Dietrich habían insinuado que su carrera necesitaba un empujón, algo más que solo música. Aunque lo había evitado hasta ahora, sabía que lo que querían de él estaba cerca.

"Tu imagen personal es clave, y necesitamos darle algo más de sustancia. Un romance, algo público, con alguien que equilibre tu fama, podría ser la solución. Hemos hablado con tus padres, y creemos que hemos encontrado a la persona adecuada para esto."

Draco apartó la mirada. No le gustaba cómo sonaba eso. Su vida personal se estaba convirtiendo en una estrategia de marketing, y no estaba seguro de cuánto más podía soportar.

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Mientras tanto, en el otro extremo de la ciudad, Edgar limpiaba con esmero el mostrador de la tienda de Griff. Cada vez que sus pensamientos se volvían más oscuros, se centraba en esa tarea sencilla. La tienda, con sus antigüedades y objetos extraños, era su refugio, aunque apenas le permitía llegar a fin de mes. Edgar sabía que no tenía muchas opciones: su cuerpo frágil y su falta de habilidades físicas le hacían poco apto para luchar, y sin ese empleo, probablemente estaría en serios problemas.

Había una cosa que lo mantenía motivado a seguir, algo que nadie más conocía. Edgar era un gran fan de Draco. Cada vez que lo veía en los carteles o lo escuchaba cantar, se sentía inspirado. Para Edgar, Draco no era solo una estrella; era un símbolo de lo que él mismo deseaba ser algún día: fuerte, admirado, alguien que tenía control sobre su vida.

El tintineo de la campanilla de la puerta lo sacó de sus pensamientos. Entró Collette, su única amiga, con su habitual energía desbordante. Aunque Collette parecía tener una obsesión por coleccionar cualquier cosa relacionada con las estrellas de Brawl Stars, era la única persona que realmente entendía a Edgar.

"¡Edgar, adivina qué!", exclamó Collette mientras se acercaba al mostrador. "¡Te traigo noticias increíbles! ¡Vas a perder la cabeza!"

Edgar levantó la mirada, intentando sonar desinteresado, aunque cualquier cosa que le dijera Collette solía terminar siendo algo emocionante. "¿Qué pasa ahora? ¿Descubriste otro póster raro de Spike?"

Collette negó con la cabeza, con una sonrisa amplia. "¡Es mucho mejor que eso! ¡Tiene que ver con Draco!"

El corazón de Edgar dio un vuelco, aunque intentó ocultar su emoción. "¿Draco? ¿Qué hay con él?"

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⏰ Última actualización: Sep 25 ⏰

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ᰋ ..  ¿Absurdamente arreglado? ( DRACO X EDGAR ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora