Cambio de perspectiva

24 3 0
                                    

En el interior del taller de los Rockbell, las chispas saltaban por todos lados mientras Winry se esmeraba soldando una lámina de acero sobre la prótesis de un brazo mecánico. Cuando terminó, dejó el soplete sobre la mesa, se quito la mascara de protección y se levantó para estirar su cuerpo, que empezaba a agarrotarse por haber permanecido tanto tiempo en la misma postura. Bien, ahora ya podía ponerse a repasar los remaches. Mientras lo revisaba había visto que algunos estaban bastante desgastados. Tendría que preguntarle a Frank si estaba cuidando bien de ese brazo. Seguro que no estaba prestando atención a sus consejos sobre mantenimiento... Ese era un errores más comunes entre sus clientes, aunque ninguno era tan temerario e imprudente como el hombre del que estaba enamorada.

En ese sentido, Ed batía todos los récords y había sido su mayor reto hasta la fecha. Había perdido la cuenta de las veces que había tenido que reconstruir los automails de su brazo o de su pierna casi desde cero. Cada vez que regresaba de improviso, temblaba pensando en lo que le habría hecho a sus preciosas prótesis mecánicas, en las que tanto esfuerzo invertía. No quería imaginar en qué tipo de peleas se había metido para destrozarlos de esa forma. 

Al menos ahora parecía cuidarlo mejor, aunque no se hacía muchas ilusiones al respecto. Mientras estuviera en casa no se metería en problemas, pero en cuando volviera a salir al mundo, seguro que se las arreglaba para dañar de nuevo su pierna. Bueno, al menos ahora sus preocupaciones se habían reducido a la mitad y gracias a su irresponsabilidad incorregible, se aseguraba de verle seguro de cuando en cuando. Un momento... ¿Por qué daba por sentado que iba a volver a marcharse? No es que él hubiera dicho nada. Quizá solo actuaba así por costumbre. Se había habituado a amarle desde la distancia, deseando verle, pero sin desesperarse.

Hubo un tiempo en el que pensó que su relación continuaría así por siempre pero, para su sorpresa, Ed parecía haber reflexionado bastante sobre ello antes de volver a casa. No tuvo que esperar mucho hasta escuchar ese primer "te quiero" de sus labios, que lo cambió todo. Desde entonces, sus sentimientos parecían haberse desbordado y fluían sin control. Después de ser pacientes durante tanto tiempo, ahora todas esas emociones contenidas salían a flote. ¿Estaban yendo demasiado rápido? No se lo parecía. Es más, sentía que aún necesitaba más para recuperar el tiempo perdido.

¿Volvería a marcharse? Seguramente, pero ahora estaba allí, con ella. Era lo único que importaba. Ambos estaban demasiado concentrados en disfrutar del presente para pensar mucho en el futuro. Aún así, Resembool era un lugar demasiado tranquilo para alguien tan inquieto como él. También lo sería para ella si no fuera por ese trabajo que tanto le apasionaba. Ed había prometido que siempre volvería. Era suficiente. La paciencia no era problema para ella si tenía su amor. ¿Era raro sentirse feliz solo con eso?

Seguía sumida en estas cavilaciones mientras caminaba por el taller para estirar las piernas, cuando un destello cegador brilló a través de la ventana. Conocía muy bien esa luz que se producía durante las transmutaciones alquímicas. Era algo raro. Al no solía recurrir a la alquimia así como así. Se acercó a la ventana con curiosidad y escuchó las voces de los dos hermanos discutiendo. No tenía ni idea de qué estarían tramando, pero seguro que Ed era el instigador.

Intrigada, se acercó aún más a la ventana. No podía verlos, pero estaban muy cerca. ¿Es que no habían caído en que ella estaba trabajando al otro lado de la pared? No pudo resistirse a escuchar.

—¡Te digo que todavía es demasiado grande! —se quejaba Ed en ese momento.

—¿Y cómo estás tan seguro? No es que me hayas dado indicaciones muy precisas que se diga —se defendía Al.

—¡Porque sí! ¡Fíate de mí y punto! Además, ¿estás seguro de que quieres dejarlo así? 

—Seguro. Hazme caso en esto, hermano. Tu tienes un gusto pésimo para estas cosas.

La cuestión de WinryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora