𝐃𝐞𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨

𝟏. 𝐄𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨𝐬

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"¿Qué crees que haces?" Pregunta el hombre alto y bien fornido. "¿crees que podrías salirte con la tuya sin que me diera cuenta?" Le escupe al hombre amarrado a la silla "¿Qué no me daría cuenta el cómo planeabas alejarme de ella?"

"¡P-por favor, p-perdóneme! Yo s-solo seguía órdenes..." responde el hombre indefenso, sollozando y rogando perdón.

Su rostro estaba totalmente desfigurado, cubierto de sangre, lágrimas y mocos. Tenía moretones por todo el cuerpo. Sus manos, amarradas a la silla, sangraban por la falta de uñas. Su ropa, totalmente rasgada por los golpes que le habían proporcionado. Aún sentía el dolor punzante en la rodilla, el recuerdo de los martillazos lo aterrorizaba.

"Ustedes los policías son ratas inmundas que solo sirven para eso, seguir órdenes y meter sus cabezas donde no les conviene" el hombre alto le da un puño en la cara "Durante muchos años he logrado que no me deje" Otro puñetazo " he lastimado a sus seres queridos para que solo me tuviera a mí, y llegas tú, un miserable policía a arruinar eso" otro golpe "tú mismo te buscaste esto" el hombre alto le da un último golpe antes retirarse de la habitación y hablar con el guardia.

"Dáselo de comer a los perros, hace tiempo que no se dan un festín"

"Si señor, como ordene" dice el guardia antes de hacer una reverencia y entrar a la habitación.

El susodicho maestro se dirige a las puertas del edificio antes de montarse a un carro de aspecto caro.

"Maestro, ¿a dónde debo ir?" pregunta el conductor con un poco de miedo al ver como se limpia la sangre de las manos con un paño.

"La casa de campo" respondió el susodicho.

El viaje fue un poco largo, pues el lugar de destino se encontraba a las afueras de la ciudad. Miró un rato por la ventana, viendo como los edificios se iban desvaneciendo y en su lugar solo quedaban árboles.  Bajó la mirada a su celular y miró un nuevo mensaje, al abrirlo se encontró con la foto de una mujer con un vestido de verano blanco que se encontraba cargando a un bebé regordete, y sonreía felizmente mirando a la cámara. Al ver esto el hombre solo pudo sonreír y enviar un emoji de corazón en respuesta.

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Después de un rato llegan a una gran entrada, el auto se detiene un momento y la gran puerta se abre, el paisaje ahora era un gran jardín con una mansión al final de este, al llegar al frente de la casa el auto se detiene y él se baja.

"Maestro, es un placer tenerlo de vuelta" dice una mujer vestida de sirvienta "por favor siga"

"¿Dónde está y/n?" pregunta el hombre entrando a la mansión con la criada detrás de él.

"La señora se encuentra en el jardín trasero, está allí jugando con los pequeños maestros" responde la criada mientras le quitaba el abrigo y se queda parada detrás de él.

El hombre asiente y se dirige a las escaleras que conducen al segundo piso, antes de llegar arriba se da la vuelta y mira a la mujer.

"No le avises que he llegado, yo mismo iré" mira fijamente a la criada antes de darse la vuelta y seguir subiendo.

"Si señor"