𝙏𝙤 𝙨𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙎𝙪𝙠𝙪𝙣𝙖 𝙭 𝙊𝘾]

Too Sweet (Especial II)

Advertencias: Universo Alternativo (Época moderna, sin hechicería).

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Ryomen, el mayor de los hermanos “Tora”, apodado “Sukuna” fumaba un cigarrillo, de pie frente a la entrada de la escuela preparatoria de Tokio, los estudiantes creían que probablemente algún desafortunado diablo se metió en problemas “Seguramente molestaron a su hermano menor” “Apuesto que les debe dinero” “Escuché que lo delataron por algo grave".

La razón era más simple.

Hina Satsuki, estudiante de segundo año.

Definitivamente este día era el indicado, se preparó desde hace una semana, definitivamente era hoy.

La cabellera castaña, y esos preciosos ojos esmeralda destacaron para él, era una joya preciosa. Maldición, él tenía todo el aspecto de ser la peor pesadilla de una chica correcta como ella.

La conoció en un partido de fútbol americano, ella iba como staff del equipo visitante, se veía hermosa llevando el puntaje del partido con esa gorra cubriendo la mayoría de su rostro. Iba a acercarse, pero de repente vió como la menor lo miraba fijamente, con miedo, y decidió dejar de lado la idea de conquistarla con su clásica seducción.

Su segundo encuentro fue camino al centro comercial, distinguió su voz desde metros atrás, y su linda cabellera castaña destacó. Cuando Ryomen caminó a su lado, Hina se quedó callada, como una tumba, así que avergonzado aceleró el paso.

Y ahora parecía un acosador, acechando a la joven a la hora de la salida, se saltó el entrenamiento para el siguiente partido solo para verla, hablarle, y con suerte, invitarla a salir.

—Hina-chan, vamos al karaoke —la voz masculina la hizo sonreír, era un tipo seguramente de su salón—. Oye, has estado distraída, dime qué piensas en esa cabecita.

La de ojos verdes sonrió tan suavemente—. No puedo hoy, debo ir a casa.

—Buu~ aburrida —respondió el mayor, la tomó del brazo con firmeza—. Vamos al karaoke, no seas una aguafiestas.

El de cabellos rosas se acercó silenciosamente por detrás—. Ella dijo que no quiere ir —su voz grave, y profunda raspo su garganta—. Déjala sola.

Hina alzó la mirada, casi asustada de verlo, asintió mientras su compañero la soltaba y salió corriendo. La más baja se quedó quieta, como un venado bebé alumbrado por los faros de un auto—. G-gracias.

Ryomen sonrió, maldita sea, esa era su oportunidad para tenerla—. No es nada, odio a los tipos así. ¿Dónde vives? Te llevaré a casa, mocosa.

No, no era una pregunta. Hina levantó su mano temblorosa y señaló una calle—. P-para allá, mi casa no está muy lejos, puedo ir sola.

—Insisto.

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Todo era una mancha estresante y borrosa. Ryomen sentía su corazón latiendo rápidamente, sus palmas sudaban mucho, y su mente corría a miles de kilómetros por la vergüenza. La joven delgada caminaba a su lado, evitando su mirada.

—¿Y entonces no tienes un novio que te defienda? ¿O es un marica?—preguntó ligeramente avergonzado, haciendo todo lo posible para no asustarla más.

—No tengo novio.

La respuesta taciturna de Hina solo hizo más tenso el ambiente. Ryomen apretó los puños y deslizó la mirada por el costado. “¿Por qué mierda intento estar cerca de ella? Es obvio que le repugno” pensó agobiado—. En realidad, te ví hace unas semanas…en el juego de nuestras escuelas.

La de ojos verdes se tensó visiblemente—. ¿Tu hermano te lo dijo?

“¿Yuuji? ¿Decirme qué?” pensó casi aturdido, ¿A ella le gustaba Yuuji? Rápidamente negó.

—Es que yo no sabía que él estaba cerca, por eso dije lo que dije…lo lamento si fue incómodo para tí —confesó la castaña—. No volveré a decir que me gustas en voz alta.

El de cabellos rosas se detuvo—. ¿Qué?

—Tu hermano me escuchó decir que eras muy guapo y que me gustabas —dijo la menor toda sonrojada y con bochorno—. Lo siento mucho…seguramente te sentiste insultado porque debieron burlarse de tí por mi culpa.

“Mierda” Ryomen sintió que su corazón se detenía al verla al borde del llanto por la vergüenza “Quiero arruinarla tanto…que tenga que estar a mi lado cada segundo rogando por mí”—. No me importa, no es como que me afecte la opinión de los demás…¿Qué otra cosa dijiste?

—Que quería salir contigo —la joven apretaba su falda fuertemente con ambos puños.

El de ojos carmín sonrió ampliamente—. Mocosa, eres interesante…—murmuró cubriendo la mueca burlona con su mano izquierda, se dió la vuelta en la esquina, tirando del brazo de la muchacha.

—M-mi casa es esa —la menor señaló una linda casita blanca, donde vivían sus padres y su hermano mayor.

—Lo sé —aunque lo intentaba, Ryomen no podía borrar esa sonrisa frenética de su rostro. Maldición, claro que sabía dónde vivía, y los nombres de sus padres y hermano, lo investigó todo la misma tarde que la vió.

Quién sabe, tal vez la inocente Hina cayó en la red de una peligrosa araña que ya se imaginaba mil formas de hacerla suya.

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Bonus:

Ryomen golpeó a Yuuji fuertemente después de volver a casa ese día, todo por no "contarle todo lo que dijo su futura esposa".

—¡Perro traidor, se supone que eres mi hermano! —gruñó el mayor golpeando a Yuuji, mientras este respondía a los golpes con puñetazos igual de fuertes—. ¡La habría invitado a salir hace semanas!

—¡Ni siquiera recuerdo su nombre!

Hola cara de bola.
Perdón por no actualizar los extras, he estado muy ocupada.
Me gusta creer que en un mundo alternativo, Sukuna es un obsesivo con Hina, hasta el punto de espiarla.
-Honey