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Yoko se ha sentido estresada con la universidad. Por supuesto, Faye trata de ayudarla en todo lo posible, dandole su espacio, ayudandola a estudiar, simplemente no quiere que su esposa se sienta mal. Y Yoko lo aprecia, de verdad. Yoko adora que Faye la entienda.

Faye fue a la universidad tambien, por lo que entiende lo que Yoko pasa ahora. Asi que se ha hecho todo el tiempo posible para estar a su lado cuando lo necesita. Mas desde hace dos días, Yoko ha enfermado. Según dijo el medico que Faye trajo a verla, ella está estresada y necesita un descanso.

-No me estoy muriendo, Faye -Yoko se ríe de ella con ternura.

-Lo sé.

-¿Y por qué las flores?

-¿Debe haber una razón?-ella se sienta en la cama con el ramo entre sus manos-. ¿No puedo darle flores a mi esposa porque sí?

Yoko quiere sonreír, mas el hecho de que Faye no la esté mirando directamente hace sonar una alarma. -¿Qué hiciste?

-¿Ah?

-Me evitas la mirada cuando estás sintiendote culpable.

Faye se muerde el labio, mira las flores entre sus manos y se las extiende a Yoko, quien las recibe tranquilamente esperando una respuesta. Yoko sabe que no puede ser nada grave, Faye nunca ha hecho algo que haga a Yoko preocuparse demasiado. Su esposa suele tener esa actitud incluso cuando come sin querer un chocolate sin decirle.

Faye suspira. -Tengo negocios que atender en otra parte. Debo irme a Las Vegas otra vez.

Yoko asiente. -¿Y qué es lo que te preocupa?

-Estás en epocas de examenes y te enfermaste por estudiar demasiado, no puedo llevarte como si nada.

-Entonces... ¿dices que me quede aquí sin ti?

-No lo digas así, ya es bastante dificil para mí el no verte por una tarde, imagina ahora que tendré que estar cinco días.

-¿Ah? ¿Cinco días?

Yoko no oculta su sorpresa. Incluso ahora, ella no ha pasado ni una noche lejos de Faye. La necesita. Necesita estar a su lado todo el tiempo.

-No irás sin mí-afirma Yoko-. ¿Qué pasa si muero y no estás?

-Dijiste que no estabas muriendo.

-Ah, mi cabeza-se queja en una falsa actuación-. Tengo una enfermedad que solo se cura si no te alejas nunca de mí.

Faye se ríe. Yoko deja las flores a un lado, toma la mano de su esposa y la mira a los ojos. La mujer mayor sabe lo que está haciendo, sabe que esa mirada de cachorrito regañado tiene poder sobre ella.

-Los examenes son en dos semanas-Yoko pucherea-. Y ya me estoy sintiendo mejor, lo prometo. No te vayas.

No. Faye no quiere irse nunca sin ella. Faye no quiere que Yoko esté lejos.

Aparta un mechón de pelo que se escapó hacia el rostro de Yoko y dice: -Nunca podré decirle que no a tus ojitos.

Aparta un mechón de pelo que se escapó hacia el rostro de Yoko y dice: -Nunca podré decirle que no a tus ojitos

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gangsta | fayeyokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora