Era la primera vez que los invitaban a la fiesta de una familia muy importante del país. A pesar de trabajar en la embajada y de formar parte de los ricos de Japón, nunca antes se les había invitado a ellos en sí, simplemente invitaban a "alguien importante de la embajada francesa en Japón". Por eso, por lo general Antoine iba siempre solo o, como máximo, con su esposa Evgeniya. Esta vez, Aimée, su única hija, también asistiría a una fiesta.
Por esa razón, Aimée había tenido que ir a una de las mejores modistas del país para que esta hiciera un vestido perfecto. Evgeniya, amante de la moda, había insistido en ello: el aspecto es la portada de una mujer y en muchos casos, las portadas atraen las personas a abrir cualquier libro.
Antoine era un hombre que llevaba toda su vida en política y diplomacia. Evgeniya, por su parte, era amante de una de las más nobles artes: el ballet. tres años antes de quedarse embarazada por primera vez se la había reconocido como prima ballerina absoluta. Un gran reconocimiento en el mundo del ballet e incluso fuera de este. Solo las mejores de verdad podían siquiera soñar con que un día se las reconocería como tal. Ese primer embarazo no fue bien. Por eso, cuando se quedó embarazada por segunda vez dejó el ballet para cuidar de su embarazo y no fue hasta que Aimée tuvo tres meses que volvió al mundo del ballet, esta vez como profesora. Aimée siempre iba con su madre así que creció entre bastidores y escenarios.
Cuando la pequeña Aimée cumplió cuatro años, Antoine tuvo un aumento de puesto con el que también se imponía mudarse a Japón. Desde entonces, toda la familia está allí. Evgeniya sigue dando clases de ballet e incluso pudo volver a bailar, aunque encuentra mucho mejor enseñar y lograr sacar el máximo potencial de sus alumnos. Aimée empezó el ballet también a esa edad como una alumna más.
Ser la hija de un embajador hace que vivas en un país extranjero pero accedas a una educación más "global". La escuela en la que iba enseñaba en inglés y la mayor parte del alumnado era descendiente de embajadores o políticos extrangeros, incluso de algunos ricos que se habían mudado a Japón. Obviamente y como es obligatorio, les enseñaban japonés aunque por lo general su nivel lograba que simplemente se las arreglaran con el idioma. No fue hasta los once años que Aimée consiguió un nivel fluido con el japonés y empezó a conocer personas japonesas de su edad de verdad en las clases de ballet. Ser la hija de la profesora solía provocar cierta exclusión.
Por eso Aimée estaba demasiado nerviosa por aquella fiesta. Sabía que habría gente de su edad. Ella ya tenía 17 años. Era consciente de que las hijas y los hijos de familias ricas estarían allí... Y la apariencia lo era todo. Por eso había aceptado fácilmente todo el empeño de su madre en que estuviera perfecta de los pies a la cabeza. Y por eso Evgeniya aún no había decidido qué vestido hecho a medida llevaría su hija.
- No sé, pequeña... Estos tres son perfectos de verdad. A ver... El rosa claro es suave, delicado, perfecto para una joven dama como tú -la miró pensativa- y con tu tono de piel quedaría precioso. El azul es un color relajante, según los japoneses transmite paz interior... También es un tono clarito, como todos al fin y al cabo, perfecto para ti. Y el verde... He leído que lo asocian con la naturaleza y la armonía -la mirada de la rusa se posaba de los vestidos a su hija y viceversa.
Aimée esperaba sentada, mirando a su madre mientras decidía y dijo con suavidad:
- Mi preferido es el verde.
Evgeniya tomó el vestido verde alzándolo y mirando primero a su hija y luego al vestido. Tras unos diez segundos, frunció el ceño levemente y negó con la cabeza.
- Mejor el rosa. Hará resaltar el bonito color de tus mejillas y de tus labios. Siempre te ha quedado precioso ese color, ¿verdad? Además, tengo los zapatos perfectos para este -dijo emocionada mientras le enseñaba unos zapatos de tacón de color beige.
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Compromiso [OHSHC - Mori x OC]
ФанфикAimée Lefèbvre-Petrova es la hija de una famosa bailarina y de un hombre que trabaja en la diplomacia y las relaciones internacionales. Cuando sus padres consiguen acercarse a la familia Suoh lo suficiente para que los inviten a una fiesta, su día a...