Capítulo 1

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El viento gélido de ese extenso invierno hacen que Felix casteñee sus dientes y se apretuje en su abrigo, echa una mirada a su pequeño en el auto que le ve atraves del cristal, sonriendole con su peluche de totoro colgado del brazo; Felix le sonríe y se apresura a meter la llave en la cerradura y poner el seguro correspondiente, para luego bajar la puerta de metal que sirve de refuerzo.

Otro día había terminado y como cada noche el volvía a casa muy feliz porque ese día también había vendido muchos cupcakes, pasteles, panes de toda clase y los favoritos del matrimonio Clarke (sus clientes más regulares) sus pies de manzana.

Con el dinero que ha reunido el último mes está seguro que podrá darle una renovación al cuarto de su hijo y al fin cómprarle una cama más grande que la que tenía, de donde su pies ya colgaban y también un guardarropa más amplio ya que el que tenia estaba a punto de reventar de tantas cosas acumuladas dentro y las ansias lo carcomen para darle las nuevas buenas a su pequeño.

— ¿Cerraste muy bien papi?—

El curioso ojiverde le pregunta cuando Felix ya se ha puesto al volante, asiente sonriendole atraves del espejo, desde una vez donde no cerró bien y sus batidoras nuevas fueron robadas, Hyunjin se serciora cada noche si ha puesto la seguridad completa al local.

— Por supuesto cariño —enciende el auto y ve el asentimiento de su chico rizado —Hoy no tengo ganas de cocinar bebé ¿comemos en el restaurante de la señora Choi?—

— ¡Sí papi! No me gusta mucho esa avena que sirve, pero tu estás cansado así que puedo beberla para qué tu no tengas que cocinar —

— Gracias campeón —

Felix ve a su hijo una ultima vez y pone más atención en el camino, escuchando cómo Hyunjin ha empezado a tararear su canción favorita del momento, dobla en la siguiente esquina, chocando con un auto rojo que está seguro jamás a visto y frena a tiempo de chocar con un golpe horrible, se da vuelta angustiado y ve a su pequeño tan asustado como él se siente.

— ¿Papá?—

Pregunta Hyunjin con sus ojitos bañados de lagrimas y Felix se siente horrible por asustarlo de esa manera tan vil pero también enojadisimo con el conductor del otro auto quien venía en contra vía.

— ¿Estás bien Jinie?—

Está asustado por su pequeño castaño y desabrocha su cinturón para pasarse al lado de atrás, revisando a Hyunjin por todas partes pero por suerte el no tiene nada y Felix siente un peso irse de sus hombros.

— Estoy bien papi pero tu ceja —

Hasta que su pequeño lo menciona es que siente la sangre escurrir de su ceja derecha, Felix bufa enfadado y le pide a Hyunjin quedarse dentro del coche, saliendo de este al mismo tiempo que un tipo gigantón con rostro serio también sale de la parte trasera de aquel ostentoso auto.

— ¡¿Que les sucede para caminar en contra vía en un pueblo tan pequeño y lleno de niños?! Me ha sacado un susto horrible y mi hijo salió muy asustado —

Felix poca veces se enoja en la vida, tenías que ser una persona demasiado arrogante o insistente para hacer que a Lee le palpitara la vena de la frente, pero este tipo con ojos tan negros como la noche y hombros tan anchos como el océano Pacífico lo ha logrado sacar de sus casillas sin siquiera abrir la boca.

— Le pediré me disculpe — echándole una sonrisa de arriba a abajo el añadió — Señor, pero soy nuevo en el lugar y el GPS no funciona así que no sabíamos por donde dirigirnos, una señora nos dijo que doblará aquí pero jamás me advirtió de que por ese lado no era —

Su voz era demasiado ronca y monocromática para Felix, lo veía desde arriba, sus intensos ojos negros lo veían con lo que parecía ser repulsión y Felix sintió la rabia recorrer su cuerpo.

— Pues no lo disculpo, es usted un imprudente y un bruto, fíjese a la próxima vez para manejar como un desquiciado —

Y tras darle su última peor mirada, Felix vuelve a entrar a su auto y esquivar al de enfrente para seguir su camino en busca de su adorada cena, inportandole muy poco su golpe en la ceja.

— Ese señor es malo papi él te hizo sangrar —

Hyunjin le dice cuando ambos están en el baño del restaurante con Felix limpiando su herida con agua y jabón, baja el papel de su mano al ver las lágrimas en los ojos verdes de su hijo, cayendo como cascada en sus rechonchas y rosadas mejillas.

— Tranquilo bebé yo estoy bien ¿lo ves?—

Hyunjin asiente y sorbe por su nariz, a Felix le da gracia al ver que en ningún momento ha soltado su amado peluche, sosteniéndolo aún más fuerte si fuese posible.

— Ahora pequeño llorón — Felix lo baja al suelo sacándole una sonrisa —Vamos a comer muchas alitas y papas fritas porque está noche ha sido de locos ¿si? Y luego al llegar a casa nos ahogaremos en helado de vainilla ¿qué dices?—

Le pregunta moviendo sus cejas de manera pícara, Hyunjin ríe y seca sus lágrimas mientras asiente para alivio de Felix que siente que su corazón se quebranta cada vez que su hijo rueda una lágrima.

— ¿Y muchas horas del Rey León?—susurra el niño con voz esperanzada

— Al diablo ¡sí!—

Felix festeja y ambos salen del baño con un Hyunjin ahora muy risueño y un Felix más calmado, ambos siguiendo con su habitual noche aún después de pasar tremendo susto.

Afuera la señora Choi ya está dejando sus platos sobre su mesa ya que antes de entrar al baño ordenaron, ella les dedica una sonrisa compasiva y Hyunjin le sonríe en grande, viéndose adorable por sus mejillas rojas y su pequeña naricita aún más.

— Si te terminas tus alitas sin dejar una miga, prometo hacerte el mejor jugo de fresas que hayas probado—

Ella le promete y los ojos del niño brillan ante la mención de su fruta favorita, Felix se ríe al ver que de inmediato toma asiento y empieza a comer con sus mejillas repletas y se acerca a la mujer para agradecerle por su increíble gentileza.

—Espero no sea nada grave, Lix, pronto estarás igual de radiante que un sol—

Ella le dice apretando un poco su antebrazo en un signo de Consuelo, Felix aprecia mucho a la mujer, cuando él estaba en la escuela no faltaba ninguna tarde en aquel restaurante para devorar su hamburguesa de doble queso y extra carne, por el mínimo valor de dos dólares, dándose cuenta hasta grande que en realidad valían diez y que la señora Choi se las daba así solo por ver su enorme sonrisa así que la consideraba como una abuela más que ahora también consentía a Hyunjin con su adorado Jugo de fresas que siempre venía como recompensa aunque no lograra el objetivo de su reto.

— Gracias señora Choi— el la abraza y ella le corresponde gustosa y con un sentimiento cálido en su pecho

— Mi papi se ve lindo de azul ¿cierto señora Choi?—

Hyunjin traga solo para hacer su pregunta ya que ha observado a su padre toda la tarde al ver su abrigo nuevo y de un nuevo color que el jamás antes le había visto.

— Tu papi siempre se ve lindo querido —

— ¡Y yo también!—

Él protesta de inmediato y ambos adultos ríen al ver su inocente rostro lleno de salsa, Felix ahora siente la misma alegría que sentía antes de salir de su cafetería y ve entonces que aunque hallan malos ratos que ponen aprueba su cordura, su dulce chiquillo siempre estará ahí para subirle el ánimo y para él, no hay nada mejor en la vida.

Street's  Coffee's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora