A pasado un tiempo desde que llegué a las instalaciones de Urbanshade.. dónde los científicos me tenían encerrada en un cuarto rodeada de instrumentos médicos y químicos con los harían que en mi cuerpo existan mutaciones, no recuerdo como diablos terminé aquí.. pero si de algo estoy segura es que viva no saldré de aquí...
Me encuentro en una de las tantas habitaciones de confinamiento, esperando a dos de los científicos encargados de mis siguientes pruebas.. aúnque para éste punto me gustaría salir de aquí y poder caminar almemos por un rato
Karion: *sentada sobre la camilla de su habitación, tratando de buscar consuelo abrazando sus piernas* ... *sin decir nada entre la larga espera a la próxima prueba.*
El sonido de la una Tarjeta siendo escaneada rompe fácilmente el silencio de la Joven.
Científico 1: *entra a la habitación guardando y cerrando la puerda detrás suyo, levanta la mirada de sus papeles y se acerca tranquilamente* Espero que estés lista... *Advirtió con voz profunda.*
Karion: *levantaba su mirada tímidamente, rogando en silencio por dejar de recibir más pruebas y experimentos* no quiero esto.. porfavor déjame ir.. *Su voz quebradiza, casi dando lástima al Científico*
Científico1: *Suspira molesto para luego acomodarse sus gafas y mirarla de nuevo* A nadie le importa si quieres o no... lo harás *La regañó, sus palabras no dejaban lugar a berrinches.*
Las pruebas como siempre, eran tan dolorosas que incluso llegaban a arder un poco por los químicos sentía como el frío corte del fino bisturí recorría mi cuerpo abriendo y cortando partes de mi piel... el tiempo se alargaba y cada momento era doloroso. Después de un rato ellos ya habían acabado conmigo.. estaba acostada en la camilla, mirando vagamente al techo mientas escuchaba a los científicos retirarse.. sentía el dolor y el frío por todos lados... Quería escapar, irme de aquí, huir... antes de que ellos terminaran matandome
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Los días transcurrían y, como de costumbre, me encontraba sobre la camilla. Dos científicos conversaban en voz baja, discutiendo sobre lo que harían hoy conmigo. Mis manos comenzaron a temblar, un impulso de impotencia recorrió mi cuerpo al notar una inyección con un líquido morado sobre la bandeja metálica. Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia uno de ellos, atacándolo con furia descontrolada hasta quitarle la vida... el otro científico, presa del pánico, intentó activar mi collar electrónico, pero no se lo iba a permitir, en un movimiento rápido le lancé un bisturí, acertando en su mano y obligándolo a soltar el control, sin apenas darle oportunidad de reaccionar, me abalancé sobre él y lo asesiné de la misma manera que al anterior, mi cuerpo temblaba al mirar las manchas de sangre cubrían mis manos, aún crispadas por la violencia. Ahora con el control en mi posesión, lo único en lo que pude pensar fue en escapar. Tomé la llave de acceso y sin dudar me lancé a correr por los largos pasillos del laboratorio, no me detuve ni un segundo, arrancando a toda prisa los aparatos que me controlaban y suprimían mi voluntad. Sabía bien que una vez que cruzara esas puertas de confinamiento, ya no habría marcha atrás.
