CAPITULO 5

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Taehyung siguió a Seokjin, con Byeon a su espalda, mientras caminaban de regreso a sus celdas. Habían pasado dos semanas desde que Seokjin y Byeon empezaron a protegerlo, pero Dragon todavía los acechaba, siempre mirando, esperando. Sin contar con ciertas miradas que también recibían por parte de los guardias, necesitaban estar muy atentos.

—Nos vemos en el desayuno, —dijo Byeon mientras se detenía en su celda.

Taehyung se detuvo en la entrada de su celda y le ofreció al hombre una pequeña sonrisa. —Buenas noches, Byeon.

—Buenas noches, Taehyung.

Taehyung entró en su celda. Seokjin ya se había subido a la litera de arriba. Taehyung se acostó en la litera de abajo y luego se tapó con la manta. Al parecer todavía tenía frío, pero al menos parecía dormir lo suficiente. También había estado comiendo y había comenzado a ganar peso, poco a poco. Seokjin estaba preocupado por su pérdida de peso, siempre asegurándose de que tenga suficiente para comer e incluso empezando a enseñarle a levantar pesas. Byeon, por su parte, había comenzado a enseñarle a Taehyung algunos movimientos de defensa personal, algo que, con suerte, le daría la oportunidad de huir si lo necesitara. Seokjin frunció el ceño mientras se recostaba. Necesitaba encontrar una manera de sacar a Taehyung de la prisión. 

Considerando las cosas que Taehyung le había dicho sobre por qué estaba aquí, Seokjin dudaba que alguna de sus cartas llegara a sus padres. Como su compañero de celda, las cartas de Seokjin probablemente también estaban siendo monitoreadas. Eso no les dejaba muchas formas de llegar al mundo exterior. Tal vez podría hacer que Byeon contactara a su hermana y luego hacer que ella contactara a los padres de Taehyung. Era mejor que dejar que Taehyung se pudriera aquí tras las rejas. Con un plan en mente, Seokjin cerró los ojos y dejó que el sueño lo llevara a un sueño donde él y Taehyung estaban fuera de prisión y vivían en un lugar donde a nadie le importaba que ambos fueran asesinos, un lugar donde podrían estar juntos. y no fueran condenados al ostracismo por eso. Parecía un lugar maravilloso. Lástima que solo fuera un sueño.

—¡Seokjin!

Seokjin se despertó bruscamente. —Taehyung.

—Sonó el timbre del desayuno. Necesitas levantarte.

—Correcto. —Pasó las piernas por el costado de la litera y se puso de pie.

Miró a Taehyung que se mordía el labio inferior. Seokjin sin pensarlo extendió la mano y le pasó el pulgar por ese labio. Los grandes ojos de Taehyung se abrieron de par en par por un momento, y sus mejillas enrojecieron. Era demasiado atractivo, pero se dio cuenta de que estaba avergonzado. Seokjin sonrió mientras soltaba a Taehyung, luego lo giró y lo empujó suavemente hacia la puerta. 

—Desayuno.

Byeon esperaba fuera de su celda, apoyado contra la pared con los brazos cruzados. Tan pronto como los vio, se enderezó y se puso en fila frente a Taehyung. Seokjin se puso en fila detrás de él, asegurándose de que Taehyung estuviera entre ellos. Agarraron sus bandejas y vasos de jugo. Cuando Byeon se dirigió a su mesa habitual, Seokjin lo llevó a la que estaba al lado. Estaba un poco más lejos de los guardias. Byeon le lanzó una mirada extraña, pero se sentó frente a él y comenzó a comer.

Seokjin esperó hasta que Taehyung también empezó a comer. Mantuvo la cabeza inclinada mientras hablaba. —Byeon, necesito que hagas algo por mí, —dijo en voz baja.

Byeon asintió con la cabeza, señal de que lo escuchaba. Parecía entender que Seokjin no quería que nadie más escuchara su conversación.

—Necesito que le escribas a mi hermana para que se ponga en contacto con la gente de Taehyung. No creo que sus cartas salgan.

WINDY SPRING XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora