Louis no estaba deprimido, por más miserable que les pareciera a los demás, metiendo papas fritas en su helado y viendo la última temporada de Sugar Rush por tercera vez. No estaba deprimido. La comida reconfortante y los programas podían servir para cualquier tipo de ocasión, eso no significaba que se hubiera pasado toda la tarde lamentando haber rechazado a Harry. Sin embargo, una pequeña parte de él no podía evitar imaginarse a Jack ocupando su lugar en la cama de Harry.
"Es lo mejor, Brucy", le dijo Louis a su gato mientras se metía tres papas fritas en la boca. "Nunca me dará lo que necesito de él. Y cuando finalmente decida que es hora de sentar cabeza con Jack, ni siquiera me importará".
El gato lo ignoró, como siempre. Bruce Willis era conocido por su capacidad de quedarse mirando a la nada durante las más largas horas hasta que llegaba la hora de su comida, así que Louis no se ofendió demasiado por ello.
Un golpe a su puerta lo sacó de sus pensamientos. Comprobó su teléfono para ver si Zayn o algún otro de sus amigos le había mandado un mensaje para decirle que iban a visitarlo, pero aparte de los mensajes habituales, no había nada que indicara eso.
Contempló la idea de ignorar a quienquiera que estuviese delante de su puerta, pero ¿y si Mary-Ann -la linda anciana de dos puertas más abajo- se encontraba mal? ¿O si Lucy, del tercer piso, le traía galletas? Le gustaban mucho las galletas de Lucy.
De mala gana, se limpió los dedos y fue a abrir la puerta. Fuera quien fuera, tenía que enfrentarse a la forma más auténtica de Louis.
"Oye, ehm... ¿he traído algunas cosas para Bruce Willis?" Un Harry de aspecto nervioso estaba frente a él sosteniendo una pequeña cesta llena de juguetes y comida para su gato.
Oh, joder...
"En realidad no es mucho, sólo le he comprado alguna comida y un bonito suéter", Harry sacó de la cestita cuatro suéteres diferentes, muy rojos y pequeños. "No sabía su talla así que tomé todos los disponibles". El rostro de Harry estaba enrojecido como los suéteres y Louis sintió que su corazón crecía dos tamaños.
Harry le entregó la cesta a Louis. "Entonces uhm, ¿supongo que me iré?" Harry se rascó la nuca. "No quise entrometerme, sólo quería darle a Bruce Willis un reg-".
Antes de que pudiera terminar su frase, la boca de Louis estaba cerrando la suya. La mano de Harry voló a la parte posterior de la cabeza de Louis, acercándolo, con la boca abierta y lista para que la explorara. Louis estaba seguro de que estaba temblando por el deseo mientras tiraba del alfa hacia su sala de estar.
"No he venido para esto, lo prometo, yo..." Harry se interrumpió mientras sumergía su mano dentro de los joggers de Louis, tocando el encaje que cubría su trasero. "Joder, cariño, ¿eso es...?"
Louis dejó escapar un pequeño gemido, con el rostro escondido contra el pecho de Harry y con una sensación de mortificación que le llenaba su cuerpo. Llevaba unas bragas de encaje, pero no eran tan sexys como Harry probablemente se imaginaba. Eran sus bragas de comodidad -de nuevo, no es que Louis estuviera desanimado- eran suaves al tacto y hacían sentir bonito a Louis.
"¿Puedo ver?" Harry articuló contra su cuello, dándole besos con la boca abierta bajo la oreja.
"Por favor", la voz de Louis se redujo a casi un susurro, empujando su trasero contra las manos de Harry.
"Vamos entonces, hermoso, déjame verte", gruñó Harry en la curva de su cuello, las manos separando sus mejillas mientras Louis dejaba que sus joggers cayeran a sus pies. El alfa retrocedió unos pasos para ver mejor a Louis. "Dios, mírate... eres precioso".
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Tennis court
RomantizmLouis y Harry son compañeros de trabajo y Louis está seguro de que Harry lo odia porque siempre se niega a ayudarle con sus celos. Traducción autorizada. Créditos para outropeace.