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—𝑬𝑳 𝑹𝑬𝑪𝑯𝑨𝒁𝑶 1/2—
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Era otro bello dia en París común y ordinario para cualquier ciudadano, bueno tal vez no todos acababan de combatir un akuma, chocaron sus puños como siempre en cada victoria y se sonrieron.
Pero él, el héroe conocido como Chat Noir se sentía nervioso...
Nuevamente.
Antes de que la chica se fuera la detuvo.
—Mi Lady.— Ella se giró al oírlo y lo miro confundida.
—¿Qué sucede?.— preguntó apresurada
—Es que tengo que decirte algo muy importante.— dijo algo apenado tratando de no tartamudear.
—Lo siento gatito me lo puedes decir después estoy realmente muy ocupada no puedo hacer las cosas al mismo tiempo será en otra ocasión va, ¡nos vemos!.— Le respondió y se despidió amablemente a su compañero de batalla para después saltar por los techos de las casas alejándose cada vez más del chico, el cual al perderla de vista soltó un suspiro y bajó la mirada para irse de ahí.
Al llegar a su mansión entró a su habitación para acabar su transformación heroico, se dirige a su cama a acostarse preguntandose del ¿por qué Ladybug lo evitaba o impedía? habían sido ya varias veces que él le pedía o intentaba hablar con ella al final de cada pelea pero ella siempre lo evitaba con la misma excusa "Estoy ocupada o en otra ocasión hablamos" y si no era eso era que sus transformaciones estaban por terminar sabía lo que le respondería si lo volvía a intentar.
Pero osea... ¿Que le costaba quedarse a escucharlo sólo 2 minutos?
De tanto pensar que no se dió cuenta que su kwami llamado Plagg lo estaba llamando varias veces hasta que reaccionó.
—Hasta que al fin reaccionas niño, necesito mi queso esa pelea que acabamos me dejó cansado ¡Estoy muy hambriento!.— dice la criatura voladora quejándose por su portador
Ignorando los gritos de su kwami y siguió pensando todo hasta que la criatura volvió a llamarlo.
—ADRIEN.— dijo quejándose nuevamente
—Ya te escuché ya voy.— dice parándose de su cama, para dirigirse a la cocina por el queso de su kwami, ya cuando regresó de nuevo su habitación le entregó el queso a la criatura se volvió a acostar y se quedó profundamente dormido.
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