El Gran Vacío - Terumob

Capítulo 7

Teru y Tome están cogidos de la mano en la parada del autobús.

Están de pie. Te pones de pie cuando te coges de la mano, ¿verdad? Podrían sentarse, hay un banco justo ahí, pero no le parece bien.

Está lloviznando. La humedad es densa. El aire húmedo es fresco, y algún día pronto toda esta lluvia se convertirá en nieve. Teru y Tome acaban de ir al acuario. Teru ha pagado. Le ha comprado a Tome un llavero de peluche con forma de delfín, que ahora cuelga desganado de su teléfono mientras consulta Twitter con la mano libre. En la sala de tanques, las mantarrayas nadaban sobre sus cabezas como grandes aves marinas. Teru no recuerda nada de lo que hablaron. En lo alto, un cuervo posado en un cable de teléfono eriza sus plumas, picando algún insecto cerca de la base de su cola.

Teru piensa en poder conducir.

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Mob está empujando a Euphemia por la oficina con la mente cuando Teru entra balanceando su mochila de un brazo. Está sentado en su escritorio. La empuja a lo largo de la pared hacia la esquina, alrededor del sofá, alrededor del sillón y la mesa, alrededor de la esquina abrazando la pared, pasando la puerta detrás de Teru, detrás del escritorio de Reigen. Reigen no aparece por ninguna parte. Al alcance de la mano de Mob hay una pila de papeles, todos rellenados con la mano desordenada pero diligente de Mob.

No ha dejado de llover.

"Hola", dice Teru.

"Hola", dice Mob. Mob está mirando a Euphemia, no a Teru. Parece estar concentrando toda su energía en mover esta maceta por la habitación, lo que es extraño teniendo en cuenta que sólo debería requerir una fracción infinitesimalmente minúscula de su poder. A Mob no le gustan las multitareas. Él es de una sola mente. Se concentra cuando quiere. Una máquina de atención.

Teru da una palmada en el escritorio de Mob, no tan fuerte como para parecer hostil, pero lo suficiente como para llamar su atención. Teru está mojado por la lluvia; algunas gotas de agua vuelan sobre los papeles de Mob. Los ojos de Mob suben para encontrarse con la mirada de su mejor amigo. Luego suben hasta su flequillo, largo y rebelde, sujeto con una pinza de Hello Kitty. Teru sonríe como si tuviera algo que decir.

"Hoy te he esperado", dice Teru.

"Oh", dice Mob. Mira por encima del hombro de Teru, hacia el ventilador del techo.

"Se suponía que íbamos a caminar juntos". Se inclina más. Mob desea que no lo haga. Está mojando los papeles. "¿Te olvidaste? Te mandé como cinco mensajes".

Mob mira el ventilador de techo.

"¿Mob?"

Los ojos de Mob vuelven a Teru.

"Sí, se me olvidó", dice. "Lo siento. Por eso".

Teru gotea un poco sobre el escritorio de Mob.

Mob vuelve a empujar a Euphemia por la habitación y escucha el ruido de una vasija de barro contra las baldosas de linóleo.

La puerta principal se abre. Es Tome, sacudiendo su paraguas OVNI. Lleva botas de agua verdes. Teru corre a ayudarla con sus cosas.

Tome lleva rímel, sólo en las pestañas inferiores, para no meterse en líos en el colegio. Para Tome, el maquillaje parece ser algo que te untas poco en la cara para poder untarlo en otra parte. Un tinte de labios. Purpurina, a veces. A Teru le gusta eso de ella. Se dice a sí mismo que es el tipo correcto de gusto. Lleva una lista de las cosas que le gustan de Tome, en una página en blanco al final de su cuaderno de matemáticas del año pasado. Le ayuda a recordar. También lleva una chaqueta verde militar de gran tamaño que le regaló Teru. Huele mucho a naftalina desde que la compró, y ningún ciclo de lavado la ha librado de ese olor, pero Teru está bastante seguro de que la última vez que Tome se dio cuenta de cómo olía algo fue nunca.