Saqué la bolsa con las compras de las decoraciones de halloween y cerré la puerta del auto, para después encaminarme hacia el colegio.
Estaba todo en silencio y sin un solo niño en el patio, a excepción de algunas maestras que estaban decorando el jardín con calabazas y un par de fantasmas.
Y yo, como acordamos, ayudaría a Paul a decorar el aula de clases. Cuando llegué, empuñé mi mano y toqué la puerta. En seguida se abrió.
—Llegas tarde, John. Te dije que a la una. Ya casi lo decoré todo yo solo.
—Genial, entonces vamos a besarnos.
—Agh, ya cállate. Pasa. ¿Qué trajiste?
Entré y cerré la puerta a mi paso, extendiéndole la bolsa.
—Hay unas arañitas muy lindas. Y compré unos listones de calabaza que podemos poner en la puerta, ¿eh, qué dices? ¡Ah, mira estas brujitas!
Metí mi mano en la bolsa y saqué un paquete de pegatinas de brujas.
—Se parecen a Yoko.
—¿¡Qué!? ¡Claro que no!
—Pelo negro y alborotado, ojos negros y cero expresión facial. Es Yoko disfrazada de bruja.
Volví a verlas. Y, bueno, sí tenía características similares, pero podía ser cualquier mujer de cabello esponjado.
—Agh, bueno, ento...
—Pongámoslo. Es una excelente decoración.
—Ojalá nunca se junten George, Julian, Cynthia y tú en una misma habitación para hablar de mi pobre y bella esposa.
—¿De tu pobre y qué?
—Bella.
—¿Qué? No escucho.
—Agh, tonto.
Paul se dio la vuelta antes de reírse delante de mí y revisó la bolsa. Sacó unos stickers surtidos de arañas, calabazas y murciélagos.
—¿Puedes poner esto alrededor del pizarrón? Busca una silla... Yo pegaré algunas brujitas en la pared.
—Sí, maestro Paul —fingí voz de niño.
—¡Deja ya de molestar con eso!
Me reí, al tiempo que me quitaba el saco y lo dejaba a un lado. Tomé una silla, la puse frente al pizarrón y comencé a pegar los stickers de la parte de arriba. Eran a relieve, holográficos y fácil se quitar, así que la pintura no iba a correr ningún riesgo.
Los alterné sin seguir un patrón exacto, y cuando estaba por los laterales ya estaba harto. La decoración no era lo mío.
Agradecí cuando pegué los últimos stickers por la parte de abajo.
—Listo.
Paul se giró para ver.
—Ah, y pon estos banderines de una vez... —caminó hacia la mesa donde tenía la decoración y me extendió un banderín con forma de calabaza—. Lo pegas en el marco del pizarrón.
Paul me extendió un poco de cinta adhesiva para que pudiera pegarlo. Y al terminar, cuando me bajé, miré mi trabajo y me sentí orgulloso.
—Se ve bien.
—Por cierto, ¿ya hiciste el pastel? —preguntó Paul, disponiéndose a poner telaraña artificial alrededor del escritorio.
—Iba a pedirte que por favor me ayudaras hacerlo.
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Once in a Lifetime ➳ McLennon
FanfictionUna vez en la vida está bien cometer errores. Una vez en la vida está bien enamorarse por primera vez. Se prohíbe su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados. Fecha de inicio: 03.09.2024 Fecha de culminación: