5. Reglas

276 53 7
                                    

Sunoo no durmió esa noche, aunque era comprensible, considerando la amenaza que ahora se había revelado en forma de un pirata con sobrepeso, tatuado y asqueroso.

A la mañana siguiente, Jay le había dicho que probablemente sería mejor para él contarle al capitán sobre el intento de agresión, ya que, él no podría protegerlo todo el tiempo, y simplemente no quería hacerlo. Fue un poco grosero, pero de todos modos era justo. Sunoo entendió que, en esta vida, cada quien tenía que valerse por sí mismo y no podía depender de protección, y mucho menos en proteger a otro hombre. Después de que Jay lo había salvado, casi había asumido que se convertiría en su guardia personal de ahí en adelante. No era su culpa, en realidad, cuando estaba en el palacio, en su anterior vida, tenía guardias personales y guardias regulares cada segundo del día. Sobre todo porque era un omega, y esos eran los más raros. No es como si fueran difíciles de encontrar, pero definitivamente eran el menor porcentaje de todos los géneros.

Pero Sunoo no iba a decirle a Sunghoon. Lo haría parecer débil y necesitado de protección, y simplemente no quería parecer de esa manera frente al capitán, porque no era débil y no necesitaba protección. No era un pequeño príncipe indefenso, ahora era un pirata, y los piratas se defienden por sí mismos y no necesitan protección. Sunoo no necesitaba protección.

En este momento estaba con Jake, quien no necesitaba estar en la cocina por un rato, mirando el mar tranquilo desde la cubierta principal. Ese día casi no había viento, el barco ahora navegaba a la deriva en medio del mar hasta que el viento volviera a subir. Sólo así podrían continuar correctamente su curso. La tripulación se había puesto inquieta por eso, ya no había un solo hombre en sus puestos. Por eso Sunoo no esperaba que Sunghoon lo llamara de repente. Pero lo hizo.

—Kim. —gritó una voz desde la entrada de la habitación del capitán. La cabeza de Sunoo volteó hacia la dirección, enderezando su espalda por instinto cuando reconoció la voz. La conversación entre él y Jake se detuvo abruptamente.— A mi cabina. Ahora.

Sunoo y Jake intercambiaron miradas nerviosas, aunque Sunoo se negó a dejar que la sensación nerviosa lo afectara. Sunghoon probablemente solo quería hacer otro inventario, o algo parecido. La única razón por la que Sunoo se sentía de esta manera era porque le estaba ocultando algo a Sunghoon, y francamente, iba a seguir ocultándolo.

—Buena suerte, amigo. —le susurró Jake a Sunoo cuando se fue. Sunoo no respondió nada mientras cruzaba la cubierta hacia la cabina del capitán, abriendo la puerta y entrando sin tocar, suponiendo que no era necesario hacerlo ya que lo habían llamado.

Encontró a Sunghoon apoyado con su espalda en el escritorio, sus brazos cruzados frente a su pecho. Su mirada fija en el suelo de madera y la levantó cuando Sunoo apareció en la puerta. La puerta se cerró detrás de él con un sonido sordo. Hubo un momento de silencio.

—Siéntate. —dijo Sunghoon, gesticulando hacia la silla antes de cruzar los brazos de nuevo. Sunoo decidió mejor hacer lo que le dijo y se sentó en el sillón. Sunghoon tomó un papel del escritorio junto a él, extendiéndolo para que Sunoo lo tomara.

—Necesito que firmes esto. —explicó mientras tomaba el papel con cuidado, como si fuera un polvo y no fuera lo suficientemente cuidadoso.

—¿Un contrato? —Sunoo pregunto, aun sin leerlo.

—Los piratas no tenemos contratos. Tenemos artículos. —dijo Sunghoon.— Léelo. Fírmalo. Aprende las reglas. No las olvides.

Así que Sunoo leyó el artículo.

Capitán Park Sunghoon.

Elaborado por la tripulación Odisea Maldita como conducta a bordo.

A sea without water, a compass without direction ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora