Pov
Alaya se detiene en la entrada del aula, observando el caos habitual del primer día de clases. Los compañeros se saludan efusivamente, algunos se abrazan, otros bromean sobre las cosas que vivieron durante la pandemia. Todo parece volver a la normalidad, pero ella no se siente parte de ese ambiente. Su corazón late con fuerza, un poco de ansiedad le oprime el pecho mientras busca un lugar seguro donde asentarse. Luego ve a sus amigas: Clara y Leonor están sentadas cerca de la ventana, riéndose de algo que Clara acaba de decir, probablemente alguna tontería como de costumbre. Luisa y Celeste, en contraste, están en el otro extremo, más serias, sus miradas fijas en las pantallas de sus teléfonos, intercambiando alguna conversación silenciosa.
Alaya da un paso adelante, sintiendo que todos sus movimientos están siendo observados, aunque nadie realmente le está prestando atención. Aún así, cada vez que cruza miradas con alguien, siente como si fuera un intruso. Desde que terminó la cuarentena, ha sentido que algo ha cambiado en ella. Pero no sabe si fueron los meses de aislamiento o las decepciones que vinieron después. A veces se pregunta si sus amigas también habrán notado ese cambio en ella.
De repente, escucha su nombre. "¡Alaya!" La voz energética de Clara corta el aire, llenando el aula con su inconfundible entusiasmo. "¡Por fin llegas! ¡Te extrañé tanto!"
Sin darle tiempo para procesar, Clara se levanta de un salto, corriendo hacia ella con una sonrisa brillante en el rostro, como si nada hubiera cambiado. Alaya apenas tiene tiempo para sonreír antes de que Clara la envuelva en un fuerte abrazo. "Ya era hora, ¿qué pasó contigo? ¡Pensábamos que te habías olvidado de nosotras!"
Leonor se levanta también, más calmada, pero con la misma sonrisa cálida que siempre ha tenido. "No seas tan dramática, Clara. Sabíamos que iba a regresar," bromea mientras se acerca. "Aunque sí que te tardaste."
Alaya se ríe ligeramente, un sonido que no llega a sus ojos. "No es eso... solo ha sido extraño volver. Después de todo este tiempo."
Clara no parece darse cuenta del tono distante de Alaya, ya que rápidamente la arrastra hacia su grupo, sin soltar su brazo. "Vamos, siéntate con nosotras. Tenemos tanto de qué hablar."
Leonor, más perceptiva, le lanza una mirada rápida a Alaya, notando algo en su expresión. "¿Estás bien? Pareces un poco... apagada," le pregunta, aunque no insiste demasiado. Siempre ha sido más tranquila, y sabía que Alaya no era de compartir fácilmente.
"Sí, todo bien," responde Alaya con rapidez, como si temiera que cualquier vacilación revelara lo que realmente está sintiendo. "Es solo que... volver después de tanto tiempo es un poco abrumador."
Clara, ignorando la incomodidad subyacente en la conversación, continúa con su energía inagotable. "¡Bah! Es como si nunca nos hubiéramos ido. Además, ya verás cómo en unas semanas todo será como antes. ¡Vamos, cuéntanos qué has hecho todo este tiempo!"
Alaya se sienta entre ellas, tratando de encontrar algo que decir, algo que no revele lo vacía que se siente por dentro. "Lo de siempre. No hice mucho. Estudié, leí algunos libros... nada emocionante," dice con una sonrisa débil, esperando que la conversación pase pronto.
Leonor, más reservada, se limita a observarla mientras Clara sigue contando sus propias historias. Entre risas, cuenta cómo su familia intentó aprender a cocinar durante la cuarentena, lo que resultó en varios desastres culinarios. Las anécdotas de Clara son siempre exageradas, pero llenas de esa vitalidad que la caracteriza. Alaya la escucha, pero es como si las palabras pasaran por encima de ella, sin calar realmente.
Mientras tanto, Luisa y Celeste siguen en su esquina, mirando de vez en cuando hacia el grupo pero sin acercarse demasiado. Siempre han sido más serias, menos expresivas, pero nunca habían estado tan distantes. Alaya se pregunta si ellas también notan el cambio, pero no tiene la energía para preguntarles.
Clara, como si percibiera el vacío que empieza a formarse, le da un golpecito en el brazo a Alaya. "Oye, ¿te acuerdas de aquella vez en la fiesta de fin de curso, cuando nos colamos en el salón de música? ¡Casi nos atrapan!"
Alaya asiente, pero el recuerdo parece difuso, como si perteneciera a otra vida. Sonríe de nuevo, obligándose a seguir el juego, a fingir que todavía está ahí, con ellas, cuando en realidad siente que está a kilómetros de distancia. "Sí, lo recuerdo," dice, aunque lo que realmente recuerda es la sensación de no encajar en ningún sitio, de estar siempre al margen.
El resto de la mañana pasa en un borrón de risas, charlas y bromas, pero Alaya no puede sacudirse la sensación de que, aunque sus amigas estén ahí, algo se ha roto entre ellas. Ya no es parte del grupo, o al menos no de la forma en que lo era antes. Y lo peor es que no sabe si alguna vez volverá a serlo.
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Más Allá Del Silencio
Non-FictionAlaya Monroy vuelve a clases después de la pandemia, pero algo en ella ha cambiado. Antes era segura y confiada, ahora esconde bajo su sonrisa una oscuridad que nadie parece notar. Llena de inseguridades, atrapada en el dolor y la soledad, Alaya se...