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-¿Ya lo vieron?

-¡Es guapísimo!

-No puedo creer que los dos profesores de filosofía sean tan guapos.

-¿Verdad?

-Y esos hoyuelos ¡dios mío!

-Espero que le dé clases a nuestro grupo.

-Pero también voy a extrañar ver la preciosa cara del profesor Kim.

-Oh, tienes razón.

Jungkook frunció el ceño, no entendiendo muy bien que era lo que murmuraban sus compañeras de clase. ¿Acaso habían reemplazado a Taehyung? ¿No lo vería más en la universidad? Bueno, a pesar de que eso sería un alivio para ambos al ya no tener ningún obstáculo para mantener su relación, lo pondría triste no poder verlo todos los días.

La puerta del salón de clases se abrió, dejando ver a dos hombres metidos en sus trajes y con lentes descansando en el puente de su nariz. Uno de ellos era Taehyung, quien estaba completamente serio y una expresión de pocos amigos; él otro, solo se dedicaba a sonreír, dos hoyuelos apareciendo en sus mejillas.

-Buenos días- Taehyung dijo, recibiendo el saludo de todo el salón-. El día de hoy les presentaré a su nuevo profesor; Kim Namjoon, espero lo traten con respeto.

Los murmullos no se hicieron esperar, y una de las chicas levantó la mano pidiendo la palabra.

-¿Y usted, profesor Kim?

-Como antes me hacía cargo de todos los cursos de diferentes semestres, el profesor Namjoon me ayudará con los semestres del uno al cuatro. Y eso los incluye a ustedes.

Algunos bufaron, mientras que otros tantos lo aceptaron en silencio; como Jungkook, quien no estaba para nada feliz de no ver a Taehyung durante sus clases.

La presentación terminó, y Taehyung se fue dejando a Namjoon completamente solo con todos los alumnos que lo miraban expectantes. Jungkook se dedicó a copiar y escuchar lo que el hombre de piel canela explicaba; después de todo, no por el hecho de que Taehyung, su novio, no fuese más su profesor iba a bajar su rendimiento académico.

Después de dos largas horas de clase, el sonido agudo del timbre por fin rompió el silencio. Los murmullos en el aula se elevaron mientras todos comenzaban a recoger sus cosas con prisa. Jungkook, sin embargo, mantuvo su rutina tranquila. Con un suspiro, metió sus cuadernos y libros en el bolso de forma tranquila; no se despidió de nadie, como de costumbre. Sus compañeros apenas notaron su salida, perdidos en sus propias conversaciones y planes para el resto del día. Por otro lado, él fue directo a ese lugar que llevaba tanto tiempo sin visitar.

Taehyung apagó el cigarrillo apenas vió a Jungkook aparecer, regalándole una pequeña sonrisa que el menor no correspondió, pues un pequeño puchero se formaba en sus labios.

-¿Estás bien? ¿Qué sucedió?- preguntó Kim, sentándose a su lado.

-¿Por qué no le dieron los semestres más avanzados al otro profesor?

Taehyung se relajó considerablemente, soltando una risita. Ah, entonces solo se trataba de un berrinche.

-Porque Namjoon se graduó apenas hace un año; tengo más experiencia que él, por esa razón el director nos distribuyó de esa manera.

-No es justo- murmuró-. Ahora estará con personas más grandes.

-¿Y eso es malo por...?

Jungkook se encogió de hombros, mirando hacia otro lugar.

-Usted sabrá.

Taehyung se había vuelto un maestro en descifrar cada matiz en las expresiones y el tono de Jungkook, incluso los silencios decían más de lo que cualquier palabra podría. Sabía distinguir al instante cuando algo lo incomodaba, cuando alguna situación lo irritaba, o cuando la ansiedad y la inseguridad lo invadían. Y justo en ese momento, era esta última emoción la que predominaba en Jungkook, vibrando en cada gesto y respiración. Taehyung no necesitaba que dijera nada; el lenguaje no verbal de su pareja era un libro abierto para él.

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora