Después de unas semana agotadoras en la oficina, siento que la tensión entre Sunny y yo es casi palpable. Ambos estamos desgastados, no solo por el trabajo, sino por la carga emocional que hemos estado arrastrando durante días.
Hemos estado demasiado ocupados, es por lo que tratamos al menos de un rato compartir un momento de intimidad. Así que todas las noches dormimos juntos en su departamento, y por la mañana nos vamos juntos a la oficina.
El sábado por la mañana tuvo que irse temprano a una reunión, y yo quede solo en el departamento. Unas horas después regresó, y su expresión reflejaba agotamiento.
Necesito un momento con él, un momento donde podamos desconectarnos de todo y reconectarnos entre nosotros. - pienso para mis adentros.
- Ven, vamos a relajarnos un poco. - le digo con suavidad.
Me mira, y por un momento parece dudar, pero luego asiente con la cabeza, dejándose llevar por mi iniciativa. Nos dirigimos al baño en silencio, solo con el sonido de nuestros pasos resonando por el pasillo. Cierro la puerta detrás de nosotros, y el espacio pequeño y cálido se siente de inmediato como un refugio, lejos de todo lo que sucede fuera de estas cuatro paredes.
Abro el agua de la ducha, y mientras espero a que se caliente, me acerco a Sunny. Lo veo de cerca y, por un segundo, todo lo demás desaparece. A veces olvido lo hermoso que es, incluso en sus momentos más vulnerables. Le quito el saco con cuidado, casi como si el acto en sí fuera una especie de ritual. Él me mira en silencio, con una mezcla de cansancio y agradecimiento en sus ojos.
- Vamos a olvidarnos del día por un rato, ¿sí? - le susurro, y me acerco para besarlo suavemente en los labios.
Siento su tensión empezar a desvanecerse bajo mi toque, como si solo necesitara una señal para dejar que sus defensas bajaran. Le sigo quitando la ropa con lentitud, sin prisas, mientras el vapor de la ducha empieza a llenar el espacio, envolviéndonos en una nube cálida. Al final, estamos desnudos frente al otro, el agua cayendo sobre nuestras cabezas.
El sonido del agua cayendo sobre las baldosas de la ducha es hipnótico. Se mezcla con el calor del vapor, que comienza a envolvernos, creando un refugio que parece casi irreal. El vapor denso se arremolina a nuestro alrededor, cubriéndonos como si nos apartara del mundo exterior. Es solo Sunny y yo, dos cuerpos que se encuentran bajo el chorro de agua caliente, alejados de cualquier preocupación o responsabilidad.
Me permito saborear este momento. El aroma a jabón y humedad lo inunda todo, pero lo que más llena mis sentidos es él. Su piel húmeda, tersa bajo mis dedos; su respiración calmada que va acompasándose con la mía; la forma en que su pecho sube y baja lentamente. Lo miro y, por un segundo, parece que todo lo demás desaparece. El estrés del trabajo, las dudas sobre nuestro futuro, todo queda relegado a un rincón oscuro, al que ni quiero ni necesito acceder ahora.
Me acerco más a él, nuestros cuerpos rozándose en un contacto íntimo y cálido. El agua resbala por sus hombros, recorriendo cada línea de su figura con una suavidad que me hace sentir una paz profunda. Me maravilla cómo, incluso después de tanto tiempo, puedo seguir descubriendo algo nuevo en él. La curva de su espalda, la firmeza de sus músculos bajo mi toque, la forma en que sus ojos, normalmente tan llenos de determinación, ahora están suavizados por una tranquila vulnerabilidad.
Coloco una mano en su pecho, justo sobre su corazón, y siento su pulso bajo mis dedos. Está acelerado, pero no por el cansancio o la preocupación, sino por el momento que estamos compartiendo. Y es en esos latidos donde encuentro una conexión más profunda que cualquier palabra podría expresar. Levanto la vista, y me pierdo en la mirada de Sunny. Sus ojos son oscuros, profundos, pero reflejan algo más. Algo que no siempre se permite mostrar: cansancio, sí, pero también una necesidad casi desesperada de este tipo de conexión.
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Si (no) te hubiera conocido
RomanceTae-ho, un joven abogado, despierta en un universo paralelo donde su esposo, Yong-sun, a quien perdió en un accidente de auto, sigue vivo, pero no lo conoce y no están casados. Decidido a acercarse a él, Tae-ho consigue un trabajo en el prestigioso...