Actualidad
10/11/1659
—Señorita Teresa, ¿le sirvo en algo más? —Preguntó una de las criadas encargada de atender los labores de los recién llegados de las distintas clasificaciones en acuerdo con el pasado firmamento de la reina Anwealda.
—Mm... No, puedes retirarte, muchas gracias. —Comentó observando a la chica, la cual le reveló una sonrisa acompañada de una reverencia, para así, abandonar el espacio. Ya al tener una gran disponibilidad de poder llegar a cabo el plan de su padre, decidió deambular por los pasajes del castillo para tener un conocimiento, de lo que, tal vez, pronto sería de ella.
Al dejar atrás la abertura de su recámara, comenzó a apreciar los detalles enmarcados que le brindaba los tabiques de los corredores, en donde se postraban distintas imágenes históricas de toda la parentela real de aquel territorio. De repente, la figura de un chico alto, pelinegro y un poco sudado se reveló ante ella, sin antes caer al suelo debido al gran impacto que se llevaron. Un generoso discurso surgió a raíz de aquel golpe, ocasionando confusiones por parte del chico, quedando totalmente mareado por la belleza que desprendía aquella, la cual, a medida que se desarrollaba la conversación y se volvía cada vez más incómoda, abandonó el lugar, volviendo en lo que se prometía anteriormente. Al retomar su acción, y dejar al pelinegro atrás, pudo apreciar, además de las pinturas, una figura que caminaba rápidamente, era de un chico que no había visto antes, pero parecía pertenecer a la familia real y decidió retomar el mismo trayecto que este, un tanto cautelosa para no ser descubierta.
Por otro lado, Zack, encaminaba la trayectoria donde se ubicaba su madre, encabezando pensamientos de lo que tenía que debatir, su cuerpo, a pesar de encontrarse en un estado desaseado por sus actividades, se adaptaba bien a las prendas que lo vestían, el cual es un traje que consiste en una túnica blanca con puños y un jabot con volantes en el cuello, combinados con un chaleco beige adornado con botones oscuros y dispuestos en dos filas verticales. El chaleco presentaba un patrón y textura intrincados. Además, el conjunto incluye un pantalón de cuerpo marrón con costuras detalladas a lo largo de las mismas y se abrochan con un botón visible. Al profundizarse a aquel gran y adornado aposento, contemplo la complexión de su madre sobre el trono, mientras certificaba algunos que otros pliegues reales pertenecientes a los deberes del castillo, para así, seguir manteniendo márgenes de manera estricta sobre su reinado
—¿Qué sucede Zack? —Su mirada era serena, finalizando su ocupación, dándole toda la atención a su sucesor.
—¡No quiero tener que ver mis lecciones con Nicholas, es muy, muy arrogante, no tiene empatía, y, ni siquiera tiene los conocimientos necesarios sobre el ballet!, ¡no puedo imaginar como será en el arco y flecha! —Anunció mostrando el semblante de costumbre, realizando algunas que otras muecas al pensar sobre el mencionado, que a pesar de no querer reunirse con aquel, era para no tener que contar con su presencia. Ante sus palabras, claramente se contradecía, quería pasar todo el periodo necesario con el pelinegro, pero sus obligaciones y su legado al trono le era primordial, y no renunciaría al legado donde su padre perdió la vida por toda su jerarquía, para solo mandarlo todo a la mierda por un hombre, pero, sus deseos y caprichos carnales parecían ganarle.
—¿Tenemos que tener este diálogo de nuevo? —Preguntó, empinándose de su sitio, movilizándose hacia su contrario, mirándolo fijamente, haciendo que este pasara saliva en seco.
—Madre, ¿te acuerdas como me tratabas de pequeño? —La visualizó para luego retroceder un poco y tomar un respiro, para mencionar. —¿Te acuerdas como me decías, te acuerdas cuando jugábamos juntos, te acuerdas cuando junto a papa compartíamos? A lo que vengo con esto es, ¿qué hice mal? —Indagó sintiendo sus mejillas arder, el odio, tristeza y soledad invadió su torso causándole un pequeño ardor en el mismo. —Desde que él no está tengo que simular que soy perfecto y claro ¿a quién le importa la familia real cierto? Solo piensan que tener esta titulación es estar sentado en un simple trono estableciendo y decretando actividades conmemorativas para el reino, cuando no es así, todo es una mierda y se va al carajo cada cosa que haces porque debes hacerlo bien o serás juzgado por infinidades de personas, y yo... —Su voz ceso al sentir un caluroso abrazo proveniente de aquella, el cual, por primera vez en muchos años, lo hacía sentir bien.
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El amor no es justo
FantasiTras su progenitora al ser la soberana más admirada de Italia, Zack Freire deberá encargarse de sus responsabilidades imperiales y educacionales. A raíz de eso, sus preocupaciones incrementarían con la presencia de un joven, quien al parecer, accedí...