Fairy Harem [Nanatsu no Taizai]

I

" No es pregunta, es una orden"

Britania   [1° Guerra Santa hace +3000 años]

Los hermanos son esa parte de la familia que nunca esperaste, pero de una u otra forma solo queda resignarse.

Ellos llegan de imprevisto, a veces depende uno el cómo tomarse esa llegada tan inesperada, porque hay veces que quieres arrojarlos del balcón más alto del hogar y otras los abrazas tan fuerte que quisieras protegerlos de todo mal. 

Meliodas amaba a sus hermanos, pero Cyra era la niña de sus ojos, desde que fue encomendada al rey demonio este se desentendió de la niña, prácticamente se la arrojó a sus brazos y lo nombró su hermano mayor, cuidador, tutor, maestro y toda aquella figura de autoridad y poder sobre la pequeña criatura. 

El miraba el bulto en sus brazos girando para ver a su hermano, que solo le regresaba la mirada y sin saber muy bien que hacer, ambos miraron a la bebé, para que fuera Zeldris el valiente que destapó el rostro cubierto por la manta a la niña, y ese fue el exacto momento en que ambos conocieron el amor a primera vista. 

Ella era el ser más cautivante en el universo, no existía quien se le comparara, era preciosa, delicada, hermosa, y para que mentir era adorable.

Ese instante ambos hermanos hicieron un pacto silencioso, proteger, amar y servir a su pequeña princesa, su brillante luz, su dulce y hermosa Cyra. 

Los primeros años fueron muy, pero muy difíciles, sobre todo para Meliodas, y es que, el era el demonio más despiadado, mujeriego, letal y peligroso del purgatorio, así que el no tenia ni la mas minima idea de cómo lidiar con una niña, y aprendió a la mala que Cyra tenía un carácter de mil infiernos. 

1° A Cyra no le gustaba estar sola: ella siempre tenía que estar con alguien de su agrado, no podía ser cualquiera, eso también lo aprendieron a la mala, cuando al llegar de una misión la niñera estaba fusionada con la pared, así que solo pocos podían cuidar de ella. 

2° A Cyra le desagrada el escándalo: ella era una bebe muy calmada que apreciaba la paz y el silencio, así que siempre procuraban mantener esa condición constante en su dia y noche.

3° A Cyra siempre se le debía de vestir con propiedad y elegancia : habían descubierto que se sentía incómoda con ropa simple y holgada, siempre se quejaba e incineraba su ropa, así que comenzaron a vestirla con vestidos que no eran ostentosos pero si muy coquetos, y de colores sobrios, ella detestaba los colores chillones.