capítulo 20: Golpe bajo

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La luz del atardecer se había desvanecido hacía ya unas horas, y la noche envolvía el pequeño pueblo en un manto tranquilo. Joe se acomodó en el sofá de Kate por última vez en ese día, observando cómo la luz cálida de las lámparas daba a la sala un aire acogedor. Habían sido dos días largos, intensos, pero también cargados de emociones y de esa conexión indescriptible que sentía con Kate. Sin embargo, la sensación de que ya era tiempo de volver a su apartamento lo asaltó con cierta pesadez.

—Creo que es hora de que me vaya —comentó Joe mientras se ponía de pie, estirándose ligeramente.

Kate, que estaba acomodada en una manta en el sillón, lo miró con una mezcla de agradecimiento y tristeza en los ojos. No quería que se fuera, pero sabía que era lo correcto.

—No hay problema, Joe. Gracias por todo. Y... lo siento de nuevo por haberte arrastrado a este lío con la prensa y todo lo demás. Sé que no fue lo que habías planeado —dijo con un tono de voz suave, casi culpable.

Joe la interrumpió rápidamente, sacudiendo la cabeza con una sonrisa cansada pero sincera.

—No tienes por qué disculparte, Kate. En todo caso, es mi culpa por haberte invitado a salir aquel día. No imaginé que las cosas se pondrían tan complicadas, pero no cambiaría nada. —Hizo una pausa, buscando sus ojos—. Fue uno de los mejores días de mi vida—

Kate lo miró sorprendida, pero una sonrisa cálida y genuina se dibujó en su rostro.

—¿De verdad lo fue? —preguntó con timidez.

Joe asintió, colocándose la mochila al hombro.

—Sí, en serio. Así que no te disculpes más, ¿de acuerdo? Vamos a quedarnos con lo bonito—

El silencio que siguió estaba cargado de algo que ambos entendían pero que ninguno quería poner en palabras. Finalmente, Joe se acercó y le dio un abrazo, uno largo y reconfortante. Sentía el latido del corazón de Kate contra su pecho, el calor de su cuerpo dándole una sensación de paz que le costaba dejar atrás.

—Cuídate, Kate —dijo, apartándose lentamente—. Nos vemos pronto—

—Tú también, Joe. —Kate lo observó salir, su figura desapareciendo en la noche fresca mientras la puerta se cerraba con un suave clic.

 —Kate lo observó salir, su figura desapareciendo en la noche fresca mientras la puerta se cerraba con un suave clic

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