➸ 42

163 24 4
                                    

Habían pasado seis meses desde que la noticia del embarazo de Mito corrió como pólvora por toda la aldea de Konoha. No había rincón en el que no se comentara sobre el futuro hijo del Primer Hokage, Hashirama Senju, y su esposa, Mito Uzumaki. Las expectativas estaban por las nubes, las apuestas estaban abiertas: ¿sería tan fuerte como su padre? ¿O tal vez heredaría la sabiduría de su madre? Konoha vibraba con esa expectación, cada conversación en las calles, en las tiendas, hasta en los entrenamientos giraba en torno a lo mismo: el primogénito de los Senju estaba en camino.

Madara, por otro lado, no mencionaba ni una palabra al respecto. No es que estuviera particularmente emocionado, tampoco indiferente, simplemente... no tenía mucho que decir. Se dedicaba a sus responsabilidades en la aldea, al clan Uchiha y, claro, a su esposa, Aisuru. El resto le importaba poco. El tema de la familia era un terreno incómodo para él, un tabú que evitaba con maestría. Aisuru entendía bien por qué. Madara le había confesado en una ocasión su dolorosa historia, la tragedia de haber perdido a cada uno de sus hermanos durante las guerras interminables entre clanes. Para él, hablar de formar una familia era como caminar sobre vidrios rotos. Aunque Aisuru podía intuir que, en lo más profundo de su corazón, él lo anhelaba, nunca lo presionaría.

O al menos, eso pensaba.

Mientras el azabache estaba ocupado en una reunión con los ancianos del clan, ultimando detalles sobre la creación definitiva de la policía militar, Aisuru decidió aprovechar el tiempo para hacer algunas compras para la cena. Se paseaba por las calles bulliciosas de Konoha, observando cómo los niños corrían, las mujeres charlaban animadamente y los vendedores ofrecían sus productos. De repente, algo comenzó a incomodarla. Los olores, usualmente agradables, se le antojaban insoportables. El aroma de las especias, las frutas frescas, hasta el pan recién horneado le revolvía el estómago.

Compró lo que necesitaba apresuradamente y se dirigió hacia la salida del mercado, tratando de respirar profundo para calmarse. Pero una punzada la sorprendió. Fue tan fuerte que tuvo que detenerse a un lado del camino, inclinándose hacia unos arbustos y vomitando como si no hubiera mañana.

—¡Maldita sea! —gruñó entre jadeos, limpiándose la boca. Su mente comenzó a trabajar rápidamente, tratando de encontrar una explicación lógica. Recordó la noche anterior, en la que había comido más picante de lo habitual, y eso le había valido una buena reprimenda por parte de Madara.

—¿Será por eso? —se preguntó, aunque una pequeña voz en su interior comenzaba a murmurar algo que no quería escuchar.

No, no, no... No puede ser —pensaba una y otra vez, mientras su corazón empezaba a latir más rápido. Pero esa voz persistente dentro de su cabeza continuaba repitiendo: —.Sí, sí, sí...

Aisuru sabía que no podía seguir ignorando lo que sentía. Así que, sin perder más tiempo, decidió ir al hospital para salir de dudas. Mientras caminaba, iba rezando a todos los dioses y demonios que conocía para que sus sospechas fueran solo una ilusión.

No puede ser, no puede ser —se repetía.

Una vez en el hospital, le hicieron los chequeos pertinentes. Sentada en la oficina, tamborileaba nerviosa los dedos sobre su rodilla, esperando los resultados. La puerta se abrió lentamente y la doctora entró con una expresión serena, como si estuviera por darle la noticia más común del mundo.

—Señora Uchiha, tengo buenas noticias para usted —dijo la doctora, acomodándose en su silla—. Felicitaciones, está embarazada. Su fecha estimada de parto es el 26 de julio. Tiene aproximadamente tres meses de gestación.

Aisuru se quedó congelada. La palabra "embarazada" rebotaba en su mente una y otra vez, como si no pudiera procesarla del todo. Tres meses. ¿Cómo no lo había notado antes? Se llevó una mano a la frente, aturdida, mientras la doctora continuaba dándole indicaciones: debía cuidarse, comer bien, descansar más. Aisuru apenas asintió, saliendo del hospital en una especie de neblina.

𝗥𝗼𝗷𝗼 𝗘𝘀𝗰𝗮𝗿𝗹𝗮𝘁𝗮 〞 完了。 (   𝙈𝙖𝙙𝙖𝙧𝙖 ; 𝙏𝙤𝙗𝙞𝙧𝙖𝙢𝙖.  )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora