Capítulo 1: Aléjate.

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Damen

Vacío, eso es lo que siento. Un inmenso vacío que inicia en mi corazón y recorre mis venas, llenándome de esa sensación por todo mi cuerpo. Se incrusta en lo más profundo de mis órganos y los retuerce como si no hubiese un mañana. Puedo estar sintiendo esto por los golpes del Tío o por la reciente despedida de Iris. Honestamente, creo que es todo combinado.

Verla partir en el helicóptero de los Nero, me partió el alma en dos. Los guardias ni siquiera la obligaban a hacerlo, ella no forcejeaba para liberarse. Fue decisión suya, estuvo consciente todo el tiempo de qué era lo que hacía. Pero, ¿consideró lo qué dejaría? ¿Que me dejaría?

Yo era consciente de su aprecio por Orión, pero no sabía lo cercanos que se habían vuelto. Iris siempre trata de ignorar a las personas que sufren para no engancharse con ellos. En el Hueco, miles de personas se presentaban todos los días ante ella para vender mínimas cosas y conseguir onzas de agua, pero a veces su chatarra no era suficiente para una gota. Ella sufría de solo verles la cara afilada, reseca y sin vida.

Pensé que con Orión no sería diferente, pero claramente me equivoqué. Toda la misión me equivoqué. Iris no necesitaba de mi cuidado, tal vez sí cuando era pequeña, pero ahora es lo suficientemente madura como para defenderse. Siempre pensé que sus recuerdos, su mente y su obsesión con el pasado, afectaría su juicio de valor.

Cuando el Tió nos encontró, agradecí de que Iris no estuviese conmigo, de que por fin había encontrado parte de la verdad y de que ahora tenía una familia con la cual estar. Supliqué para que se quedase en cuanto Max volviese a la comunidad de los Tyflós. De verdad creí que había encontrado su lugar y no se despegaría de el nunca. Pero nuevamente, me equivoqué. Ella logró dejar de lado su pasado, su obsesión, al menos por unos minutos, para salvarnos, para salvarme.

Me gustaría creer que su decisión de irse con los Nero no fue deliberada, que no se dejó llevar por sus emociones, que fue completamente racional, que no lo hizo solamente para salvar a Orión, pues entrar a la cúpula es suicidio. Pero una parte de mi, una muy consciente, sabe que se fue exactamente por esa razón.

El presidente dijo que ella es la cura, que la lleva en su sangre y el maldito de Max lo sabía, esa fue su traición hacía el Tío. No quiero saber cómo, ni por cuánto tiempo se ha comunicado con los Nero. Pero vendió a Iris, de yo ser el Tío, no habría gastado energía en torturarlo, lo habría matado de inmediato, sin preámbulos.

Creo que el Tío lo sospechaba desde un principio. Semanas antes de la misión, había mencionado que los Nero buscaban a alguien específico de nuestra comunidad. Me sugirió, muy consideradamente, que estuviese al tanto de Iris y obvio, de mi. Que buscara por cualquier sospechoso y avisara si tenía teorías. Para nuestra desgracia nadie se comportó diferente. Las semanas pasaron tranquilas.

Horas antes de que Iris me diera la noticia de que haríamos la misión juntos, el Tío llamó por mi a su despacho.

<<- ¿Ahora qué sucede? Estoy en mitad de un negocio- suelto de mala gana mientras cierro la puerta del despacho del Tío.

Él Tío camina de un lado para otro, rascándose la nuca y murmurando cosas inteligibles. O bebió demasiado o de verdad está preocupado.

-Damen, oh que bueno que estás aquí- dice él llevando su cabellera gris hacía atrás- Todo por lo que has entrenado por fin cobrará frutos. Eres perfecto para lo que está por venir.

Definitivamente bebió de más.

Me mantengo inexpresivo, si estoy aquí por sus delirios de borracho, mientras pierdo una gran negociación, lo voy a matar.

Sin Rastro 2: El Pasado Siempre Está PresenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora