Amor

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VIOLETA

No podía seguir posponiéndolo. Lo he estado hablando con Denna últimamente, y tras varias conversaciones, me he dado cuenta de que tiene razón. Desde que conozco a Chiara he estado intentando autoconvencerme de que no me gusta, ni siento nada por ella. Pero es más que evidente que eso no es así. Así que, decidí confesárselo a la chica de ojos verdes que ahora me miraba con una mezcla entre confusión e ilusión.

- Te voy a ser completamente honesta, o por lo menos intentarlo. Tengo miedo, Kiki. Me da pánico solo la idea de pensar en volver a entrar en una relación del calibre de la que tuve con Laura. ¿Me entiendes?

- Claro que te entiendo, Vio. — Dijo cogiendo una de mis manos y empezando a repartir caricias sobre ella-. Quiero que sepas que no tenemos por qué entrar en una relación, ¿vale? Simplemente, dejémonos llevar. Eso es lo que hemos estado haciendo estos últimos días, ¿no? — Asiento. — Pues ya está. Tan fácil como eso. ¿Cómo lo ves?

- Tengo miedo. — Dije, notando cómo mi voz temblaba ligeramente.

- Ya lo sé, amor. — Me tomó ahora ambas manos-. Pero vamos a superarlo juntas, ¿vale? — Asiento de nuevo, y siento que mis ojos arden—. Yo voy a estar aquí pase lo que pase, eso quiero que lo entiendas. ¿Lo entiendes?

- S-sí. — Dije soltando un hipido y ella rió—. ¿De q-qué te r-ríes? N-no es gracioso, K-Kiki. — Dije intentando un falso tono de seriedad, que no me salió debido a la sonrisa que se dibujó en mis labios sin yo haberle dado permiso.

- Si hasta tú te estás riendo, Vivi. Tienes hipo. — Dijo riéndose.

- Tiinis hipi. — La imité sacándole la lengua.

- Yo sé una forma de que se te quite el hipo. — Elevé mis cejas.

- ¿Ah, sí? ¿Cuál?

- Ya lo verás. — Dijo, deshaciéndose de su agarre sobre mis manos y tomando su móvil. Tras unos segundos volvió a dejarlo sobre la mesilla y se acomodó a mi lado. — Ya está. — Dijo sonriente.

- ¿Ya? Pero si no has hecho nada.

- Ahora lo verás, o no.

- Yo la miré con confusión, hasta que tuve que apartar mi vista de la de ella cuando escuché pasos acercándose, sonando cada vez más cerca. Volví mi vista hacia Chiara, y ella fingía estar sorprendida.

- Chiara, ¿qué está pasando?

- No lo sé.

- Chiara—. La miré seria.

- I don't know.

- ¡Chi—

Creo que es el grito más fuerte que he dado en la vida. Lo puedo jurar con mi vida. Cuando estaba por decir por milésima vez el nombre de Chiara, Ruslana apareció de la nada tirándose encima de mí, gritando "¡BU!" lo más fuerte que le fue posible. Pero nada comparado con mi grito posterior. Llevé mis dos manos a mi pecho, y si las miradas mataran, ahora mismo Ruslana estaría muerta y enterrada.

- ¿¡Qué cojones, Ruslana!? ¿¡Qué coño te pasa!? — Ella me miró inocentemente, y luego pasó a mirar a Chiara.

- A mí no me culpes. Fue idea de tu novia.

- ¿Cómo que nov...? ¡Chiara! — Me miró con ojos de cachorrito abandonado—. ¡No, no me mires así! No va a funcionar—. Dije, ahora fulminándola a ella con la mirada.

- I'm sorry—. Soltó formando un puchero con sus labios, para después formar una sonrisa—. Pero, ¿a que ya no tienes hipo?

- ¿Eh? — Me quedé callada durante unos segundos, comprobando lo que me decía—. Ostras, es verdad—. Ella formó de nuevo una sonrisa victoriosa—. Pero no se me olvida el susto que me he llevado por tu culpa.

Power of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora