Tu Sonrisa En Mis Pupilas.

Capítulo 15. Guíate por el corazón.

Jesús

Le doy un beso a mi madre como despedida y ella me sonríe mirándome los ojos.

–¿Habéis pasado la tarde con esas chicas?–Pregunta frunciendo el ceño y yo miro a la puerta buscando la ayuda de mi hermano pero no doy con él.

–Bueno–Me paso la mano por el pelo y sonríe.

–No te voy a reñir–Rie acariciandome la mejilla.

–¿No?–Pregunto con miedo y niega–Hemos ido al cine–Susurro–Y después han traído pizzas y hemos cenado en casa–La miro y medio sonrío el ver que no reacciona mal.

–Me alegro muchísimo cariño–Me da un beso en la mejilla y se da la vuelta para continuar guardando la vajilla.

–¿No me vas a hechar la charla de que tenga cuidado y eso?–Pregunto sorprendido y ella me mira negando.

–¿Debería de hacerlo?

–Siempre lo haces–Asiente riendo y guarda un vaso en la armario antes de mirarme atenta.

–¿Tú crees que en ellas podéis confiar?–Me pregunta seria y asiento sin miedo–Yo también lo creo–Sonrio y continúa–En cuanto las vi sabía que serían importantes y pasarían horas y horas en casa–Sonrio divertido porque mi madre siempre tiene buen humor y buenas palabras para todo–Sabia que tu hermano se enamoraría de una de ellas tanto como lo vas a hacer tu de la otra–Sonrie y niego riendo–Sé que las voy a tener que llamar nueras y no te creas que me importa sin son ellas–Suspiro y me hace una caricia en la mejilla–Guiate por el corazón y no pienses en nada más–Me aconseja dándome un beso en la frente y se da la vuelta para guardar el último plato.

Salgo de la cocina y sé que me estará mirando sonriendo.

–¡Te quiero!–Grito al pisar el pasillo–¡Y no me voy a enamorar de Raquel!–Anuncio–¡Pero sobre lo de Dani no prometo nada!–Ríe y abro la puerta de mi habitación.

–¡Las tenéis ya hasta repartidas!–Añade mi madre a lo que sonrío y cierro la puerta detrás mío.

Me tumbo en la cama y apoyo la cabeza en mis manos mirando al techo.
Pienso un instante en lo agusto que he estado hoy y sonrío de la nada.
Es increíble como una persona puede hacerte sentir tan bien.

Creo que no he parado de sonreír en toda la tarde y hacía mucho que no me pasaba.
Marta es una jodida loca y Raquel se ríe por todo y tiene una risa súper pegadiza.
Además se le achinan los ojos y es realmente preciosa.

En lo poco que las conozco me han demostrado más que muchas personas que conozco de siempre y es algo que me llena.
Saber que hay personas como ellas, que tienen pinta de dar la vida por los demás sin pedir nada a cambio es algo que me encanta y más si encima están en mi vida.

Es increíble también lo fácil que es poner nerviosa a Raquel y lo mejor es que me encanta hacerlo. Me parece que es una chica que se guarda las cosas para ella, pero estoy seguro que en confianza las saca todas a gritos y yo estoy dispuesto a escucharlas al milímetro.

Sé que tiene muchos secretos y es algo que la hace interesante y que te den ganas de conocerla.
Pondría la mano en el fuego a que ha sufrido por algún hijo de puta y por eso le cuesta mostrar sus sentimientos a personas como yo. Creo que tiene algún problema con su padre pero sé que hasta que no sepa que puede confiar en mí al cien por cien no me lo va a contar.

Que en verdad parece una persona increíble con sólo mirarla a los ojos. Estoy seguro que es de las de gritarte hasta quedarse sin voz sólo para llevar la razón en las cosas y de las de encerrase un domingo abrazado a ti comiendo palomitas y tirados en el sofá.

Creo que necesita que cada día le digan que le quieren pero sobre todo que se lo demuestren.

Que me encantaría seguir aquí todo el tiempo que haga falta para saber todo sobre ella y poder asegurar lo de que es una persona increíble.
Pero creo que con solo sonreirme ya pienso que lo es. Porque el escalofrío que me ha dado al agarrar su mano creo que solo lo causan las personas increíbles y que siempre contaba mis debilidades según las leía en las revistas. Pero creo que ahora mi mayor debilidad es el pequeño beso que me ha dado en el cuello al abrazarla o lo bonita que está al pasarse la lengua por los labios.

El pitido del iPhone me sobresalta y me doy cuenta que tengo a mi hermano depie mirándome fijamente con los brazos cruzados.

"Raquel Azpiroz: Ya estooooyy"

Le he pedido que me escribiera al llegar. No sé exactamente por qué. Quizá por el hecho de preocuparme por ella o simplemente por poder empezar una conversación.

Marco su número porque soy más de llamadas ya que con un mensaje no sé en que tono me dice las cosas y para que engañarnos, su voz es preciosa y no pienso negarlo.

–¿Sí?–Pregunta divertida y sonrío.

–Hola–Digo y sonrío un poco más.

–Hola–Repite y miro a mi hermano fijamente al ver que no aparta la vista de mi–¿Pasa algo?–Pregunta tras unos segundos de silencio.

–No–Susurro–Que te echaba de menos–Suelto y me arrepiento de haberlo admitido–Osea, que no me gusta mucho hablar por mensajes–Rio nervioso y la oigo reír a ella–Eso, sólo era eso, no te preocupes.

–Tranquilo–Rie y suspiro–No muerdo ¿Vale?–Añade y asiento divertido–Yo también te echo de menos aunque nos hayamos visto hace diez minutos–Suelto todo el aire que me estaba aguantando y sonrío abiertamente–Os echo mucho de menos a los dos–Admite y me muerdo el labio para no sonreír más y que mi hermano me pegue una hostia–Mañana...–Susurra y abro la boca para contestarle–Oh, nada–Me interrumpe–Mañana os vais a Barcelona–Dice triste y me paso la mano por el pelo.

–Pero damos el concierto y volvemos–Aclaro, y veo como Dani cierra los ojos.

–¿A que hora salís?

–Diez de la mañana–Respiro hondo y oigo como ella hace lo mismo.

–Bueno, pues ya hablaremos para cuando vengáis de allí–Medio rie–Hasta mañ... Hasta el lunes, Jesús.

Intento despedirme de ella pero cuelga antes de que lo haga.

Joder, tampoco es tan difícil separarse un día de una amiga ¿No?
Sólo es un día.
Me he separado millones de veces de todos mis amigos.