Capitulo 13:"Destrucción¿Qué bando será el ganador?"

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Los vampiros se acercaban, sus ojos brillando con hambre y sed de sangre. Lucien se colocó frente a Lilith, protegiéndola con su cuerpo, y miró a su alrededor con una mezcla de preocupación y determinación.

-Lilith, ¿estás segura de que puedes manejar esto? -preguntó Lucien.

Lilith se rió, su mirada roja brillando con confianza.

-No te preocupes por mí, Lucien -dijo-. Soy más fuerte de lo que crees...

Lucien la miró con sorpresa. No esperaba que Lilith mostrara tanta seguridad y determinación. Pensaba que ella era vulnerable y necesitaba su protección.

-Pero... -comenzó a decir Lucien.

-No hay pero, Lucien -interrumpió Lilith-. Estoy lista para esto. Confía en mí.

Lilith se adelantó, su rostro iluminado por la luz de las velas. Su mirada roja brillaba con intensidad, y su presencia parecía llenar la habitación.

Los vampiros se detuvieron en su avance, sorprendidos por la confianza y la autoridad que emanaba de Lilith. Alessandro se rió, su voz sarcástica.

-¿Crees que puedes derrotarnos, Lilith? -preguntó-. Eres solo una reina sin trono.

Lilith sonrió, su mirada roja brillando con furia.

-Veremos quién es el que cae -dijo.

Con un movimiento rápido y fluido, Lilith extendió su mano y llamó a las sombras. La oscuridad pareció cobrar vida propia, y las sombras se convirtieron en armas mortales que se lanzaron contra los vampiros.

La batalla había comenzado.

La escena se despliega con intensidad y drama:

Un vampiro se lanzó hacia Lilith, sus dientes afilados brillando en la oscuridad. Logró morder su cuello, y la sangre comenzó a fluir. Pero Lilith no se debilitó. En lugar de eso, su mirada se intensificó, y su cuerpo comenzó a cambiar.

Posó su mano en la cabeza del vampiro, y su palma se cubrió de una energía oscura y pulsante. El alma del vampiro comenzó a ser absorbida por Lilith, y su cuerpo se estremeció con el poder que recibía.

La transformación de Lilith comenzó. Su piel se tornó de un color rojo intenso, y sus ojos se volvieron negros como la oscuridad misma. Su cabello se convirtió en una masa de tentáculos negros y retorcidos, que se movían como si tuvieran vida propia.

Su cuerpo se volvió más musculoso y atlético, con curvas y contornos definidos. Su piel roja parecía estar tensa sobre sus músculos, como si estuviera a punto de estallar en una explosión de fuerza y energía.

Sus alas, antes suaves y elegantes, se transformaron en armaduras mortales. Cada pluma se convirtió en una hoja afilada de metal, con bordes cortantes y puntas afiladas.

El símbolo negro y rojo en su pecho brillaba con intensidad, pulsando con una energía oscura y poderosa. La transformación de Lilith era completa. Era la reina del Inframundo, y su poder era inigualable.

El vampiro que la había mordido cayó al suelo, su alma completamente absorbida por Lilith. Los demás vampiros se detuvieron en su avance, aterrados por la transformación de Lilith.

-Es el fin -dijo Lilith, su voz baja y peligrosa-. No hay escape.

Y con eso, Lilith se lanzó hacia los vampiros, su cuerpo demoníaco moviéndose con una velocidad y precisión letal. La batalla estaba a punto de terminar, y solo uno de los bandos saldría victorioso.

La escena se despliega con tensión y dramatismo:

Alessandro se mantuvo en pie, su rostro pálido y lleno de miedo. Lilith se acercó a él, su cuerpo demoníaco moviéndose con una gracia y precisión letal.

Del amanecer al ocaso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora