nueve

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Los lunes eran definitivamente el peor día de toda la semana, era volver a la realidad después de haber tenido el mejor descansó, a veces sentía que a mis 18 años ya estaba demasiado estresada.

Y no era la única por supuesto, porque viendo a todos los alumnos en la cafetería de la universidad pude ver que muchos de ellos estaban igual de cansados que yo y otros incluso se veían peor.

— ¿Nunca volverás a hablar con Sunoo y Heeseung? —Jake me preguntó mientras se metía otro pedazo de carne a la boca.

— Lo haré —me encogí de hombros—. En algún momento.

— Deberías hacerlo —me miró con ojos brillosos—. Extraño cuando nos juntábamos todos para comer y salir —hizo un pequeño puchero—. Nos distanciamos mucho.

Mi corazón se hundió en mi pecho al escucharlo decir esas palabras.

— Perdón por eso Jake —dije apenada, el río con melancolía y negó con la cabeza como si le qusiera restar importancia.

Nuestro distanciamiento se dio desde lo que pasó entre Sunoo, Heeseung y yo, estaba consciente de que mis otros amigos no tenían la culpa del conflicto que había pasado entre nosotros, pero inconscientemente nos alejamos, yo creía que era lo mejor y suponía que Sunoo y Heeseung pensaban lo mismo.

Tal vez estaba equivocada y tampoco podía mentir, había veces en las que pensé hablar de nuevo con Sunoo y Heeseung porque muy en el fondo los extrañaba como mis amigos, antes de todo esto claro.

— Ellos también te extrañan —Jake me dio una pequeña sonrisa—. Y se que ambos cometieron un error y lo que te hicieron fue horrible y que yo personalmente no les perdonaría jamás —reí ante su dramatismo—. Eso último fue una broma —el australiano tomó mi mano suavemente—. Pero se que ellos quisieran recuperarte y tú también quieres hacerlo.

Jake es una persona que realmente sabe que decir y cuándo decirlo, es paciente y honesto, es un buen amigo que solo está buscando la paz entre nosotros y que sin querer terminó por afectarlos a ellos.

— Te quiero mucho Jake —apreté nuestras manos.

— Yo también —él llevó mi mano a su boca y le dio un ligero beso—. Pero ahora, cambiemos de tema.

Olvidaba que también era demasiado hablador.

— Estamos en noviembre —asentí ante la afirmación de Jake—. Y es el mejor mes del año.

— ¿Por qué crees eso? —reí—. Sinceramente para mí, diciembre es el mejor.

— Es bueno —asintió—. Pero noviembre es mejor.

— ¿Por qué? —volví a preguntar mientras seguía comiendo mi desayuno.

— Deberías saberlo —dijo como si estuviera indignado.

— No lo sé —reí de nuevo—. ¿Por qué noviembre es el mejor mes?.

Jake resopló e hizo un pequeño puchero, adorable.

— Es el mes de mi cumpleaños —me dio un pequeño golpe en el hombro, deje salir un suave auch—. Deberías saberlo, que mala amiga eres.

— Lo siento —carcajee—. Cuándo dijiste noviembre solo pensé en el día de muertos y la película de coco

Jake abrió la boca indignado por mis palabras y se llevó una mano al pecho en señal de dolor, yo me reí ante sus graciosas acciones y al cabo de unos segundos él también río.

— ¿Por qué crees que diciembre es el mejor mes? —Jake preguntó.

Lo pensé unos segundos y después le sonreí con inocencia.

we should ; (i feel). sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora