¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario?, te lo pregunto, porque podría no ser tan imaginario, como tú crees.
Iniciamos esta historia con Grace, una niña de 9 años, la cual, desde pequeña, siempre fue educada en casa, por lo que Grace nunca ha tenido un amigo con quien haya podido convivir, debido a esto, la mayoría del día salía a recorrer al bosque, esta actividad le daba la sensación de sentirse libre, al conectar con la naturaleza, sin pensar, que justo ese día, que salió a para adentrase en el bosque, todo en su vida, daría un giro inesperado.
Mientras Grace recorría en el bosque, de la nada, algo llamó su atención, cerca de las raíces de un gran árbol el cual, por alguna extraña razón, estaba situado justo en el medio del bosque, vio, un extraño tablero en el cual, estaba escrito el abecedario y los números del 0 al 9, además sobre él, se recostaba una extraña pieza, la cual, tenía la extraña forma de un péndulo, el cual, llevaba una lupa en el centro, muy parecido a un ojo, al no saber que era, solo pudo pensar que se trataba de algún juego de mesa, por lo que decidió tomarlo y llevarlo a casa.
¿Quién eres?
A lo que el tablero respondió diciendo.
-Me llamo Marcus.
Aunque Grace sabía que aquel juego no era normal, decidió quedárselo, se sintió emocionada al saber que por fin había hecho un amigo, y con esa decisión, empezó una amistad que, con el pasar de los días, se convertiría en una completa pesadilla.
Con el pasar de los días, Grace fue conociendo cada vez más a Marcus, sus pláticas cada vez eran más y más largas, sus charlas iban desde preguntas como:
¿Qué edad tienes?
¿Eres alto o bajito?
Y así sucesivamente, cada vez conociéndose un poco más lo cual a Grace le agradaba, sin embargo, había algo que no le agradaba mucho y es que, ella solamente hablaba con su amigo mediante el tablero, por lo que en ningún momento ha podido ver su rostro, a lo que Grace muy inocentemente le pregunta:
Marcus: ¿por qué no puedo verte?
A lo que Marcus responde.
-Claro que puedes verme.
Grace, muy emocionada dice.
-En serio, como.
Marcus responde, diciéndole.
-Utiliza el ojo del péndulo y encuéntrame.
Grace toma el péndulo y utilizando el ojo de este, comenzó a mirar intentando buscar a su amigo, entonces, logro ver una extraña silueta de color blanco el cual la saludaba, lo único que pensó, es que solo podría ser Marcus, feliz, porque finalmente podía ver a su amigo, su relación se fue haciendo cada vez más cercana llegando a un punto en el que ya ni siquiera hacía falta utilizar el tablero ya que ahora, Grace no solo podía ver a Marcus, sino que también podía oírlo.
Una tarde, la madre de Grace, escuchó que su hija estaba jugando en su cuarto, pero de una forma extraña, ya que parecía, estar hablando con alguien, al entrar, vio a su hija en el suelo jugando con sus juguetes y de forma gentil le preguntó a su hija que con quién estaba hablando, a lo que esta respondió que estaba jugando con Marcus, su madre muy confundida le pregunta:
¿Quién es Marcus?
Grace responde diciendo.
-Marcus es mi amigo.
